Uno de los eventos astronómicos más importantes del 2024 será sin dudas la aparición en el cielo de la nova conocida como T Coronae Borealis (T CrB) la cual, según lo indica la NASA, podrá verse desde nuestro planeta a pesar de estar a 3.000 años luz de distancia.
En base a las investigaciones realizadas por la propia NASA, T Coronae Borealis generará un importante destello brilloso que se podrá captar desde la Tierra sin la necesidad de utilizar telescopios o equipos avanzados.
Al momento, se estima que este fenómeno astronómico pueda verse entre los meses de febrero y septiembre, dado que requiere de algunos factores adicionales para convertirse en un verdadero espectáculo digno de ver.
Existe un antecedente donde la T Coronae Borealis fue la protagonista de una explosión similar en el año 1946 y ahora podría repetirse durante el trascurso de este año. No obstante, cabe aclarar que este evento solo ocurre cada 80 años por lo que será una ocasión única e irrepetible para las generaciones actuales.
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Por otra parte, los expertos aprovechan esta oportunidad para divulgar sus conocimientos sobre las novas, marcando las diferencias con la ya conocida supernova.
Sistema binario
Tanto la supernova como la nova comparten el sufijo el cual se traduce como “nueva”. Pero mientras que la supernova es la explosión de una estrella masiva marcando su final, la nova en cambio se condice con un evento menos destructivo (pero igual de brillante) que involucra a dos estrellas en un sistema binario.
Desde la NASA advierten que, en el caso de la T Coronae Borealis se trata de una estrella denominada gigante roja, la cual se encuentra en una etapa muy desarrollada de su evolución y una enana blanca que es mucho más pequeña y densa.
Este fenómeno se base en la expulsión del combustible nuclear de la gigante roja, el cual repercute sobre la superficie de su compañera generando una mayor presión y temperatura en su núcleo.
El resultado de este cruce de energías es precisamente la liberación por parte de la enana blanca provocando un inmenso destello que, en esta ocasión, podrá ser visible a 3.000 años de luz de distancia según los cálculos de la NASA.