Entre los animales que se destacan por su destreza, su aspecto y su desempeño en su hábitat natural, hay uno que tiene a todos encantados con su principal cualidad: su sonrisa.
Hablamos del quokka, un animal que se ha vuelto famoso por la sonrisa que exhibe en todas las fotografías. Cada año, muchísimos turistas viajan a un pequeño rincón del suroeste de Australia solo para conocerlo.
Justamente, fue esta característica la que lo llevó en 2013 a ser considerado como el animal más feliz del mundo, según un artículo publicado en el sitio estadounidense The Huffington Post.
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Este mamífero mide aproximadamente de 40 a 90 centímetros de altura, posee patas y una cola largas y potentes que le ayudan a desplazarse rápidamente y con ágiles saltos. Puede llegar a pesar entre 2,5 y 5 kilos, su pelaje es marrón y viven alrededor de diez años en estado salvaje.
Volviendo al verdadero motivo por el que se lo considera como el animal más feliz del mundo, debemos decir que el quokka, cuyo nombre científico es Setonix brachyurus, ha demostrado que puede socializar sin problemas con los humanos. Llamativamente, siempre que aparece un dispositivo para retratarlo, ¡decide lucir su mejor sonrisa!
Con su hocico estrecho, sus grandes mejillas y su carácter amigable, el quokka siempre muestra una expresión de felicidad en el rostro. Esto lo convierte en el protagonista de las fotografías más tiernas que existen sobre el comportamiento animal.
Este adorable marsupial tiene a todos fascinados por lo fotogénico que resulta. Para la etología (la ciencia que estudia el comportamiento de los animales en su medio natural), esta es una característica propia de los seres humanos, lo que hace aún más sorprendente la actitud del quokka.
En peligro de extinción
Se calcula que actualmente existen entre 7,000 y 15,000 quokkas en el mundo, pero esta cifra se reduce considerablemente, al punto que este animal terrestre ya ingresó en la lista roja de especies amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
En Australia, se imponen multas que van de 300 a 2,000 dólares australianos por levantar, tomar o apresar de alguna forma a este vulnerable animal. Por eso, quienes se sacan fotos con los quokkas no deberían tocarlos ni darles de comer.