La espinaca es un de las plantas de hojas verdes más utilizadas en la gastronomía, contando con varias formas de consumo ya sea de manera cruda o cocida.
Es por eso que hoy te traemos una guía paso a paso para que puedas cultivar tus espinacas en casa y así asegurarte un alimento rico, nutritivo y libre de productos químicos en tu cocina.
Desde la semilla
Lo primero que necesitaremos serán las semillas de espinacas, las cuales se pueden conseguir en cualquier vivero de barrio. Para estimular su germinación, las colocaremos en agua dejando remojarlas. Cabe destacar que el cultivo puede realizarse tanto en el otoño como en la primavera.
Mientras esperamos que las semillas de la espinaca se hidraten, pasaremos a la preparación de la tierra. Lo ideal será generar un sustrato compuesto de humus, compost y estiércol a la tierra donde haremos germinar nuestra planta.
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Para ello, vamos depositando la mezcla por encima y removemos la tierra con la ayuda de una pala o rastrillo. Aplanamos y comenzamos a marcar los surcos.
En este punto, es importante mantener una distancia de 20 centímetros entre uno y otro, realizando un surco no muy profundo para la siembra.
Lo siguiente será colar nuestras semillas y prepararlas para plantarlas en la tierra. El procedimiento es bastante sencillo: tomamos de dos a tres semillas por puñado y la colocamos en el surco con una distancia de 20 centímetros entre una planta y otra. Luego recubrimos con una fina capa de tierra y esperamos algunos días para que aparezcan los primeros brotes.
Cuidados
En cuanto a los cuidados, necesitaremos un lugar donde nuestra espinaca pueda recibir una buena cantidad de sol. En cuanto a los riegos, es preferible que sean continuos y superficiales, sobre todo en etapa de crecimiento.
Una vez que las espinacas comiencen a crecer, debemos limpiar la tierra eliminando todo aquel tipo de maleza que surja a su alrededor, dado que su aparición se llevar algunos de los nutrientes que nuestra planta necesita.
Si en algún sector de la siembra no germinó ningún brote, podemos trasladar el plantín de algún otro lugar donde hayan surgido todos (dependiendo si colocaste dos o tres semillas a la hora de sembrar).
Si optaste por la opción de plantar en otoño, deberás prestar atención al momento de las heladas. Para evitar que tus espinacas se marchiten, se recomienda cubrir el cultivo con una tela suave que permita el paso de luz.
Cosecha
Una vez que las espinacas empiecen a dar sus primeras hojas se puede proceder con la cosecha. Lo ideal es ir retirando las hojas más grandes con una tijera para favorecer el crecimiento de las inferiores.
Este proceso conviene hacerlo cada día mientras la espinaca va ganando cada vez más fuerza y ampliando el crecimiento. Llegado el punto, se recomienda cortar todas las hojas a modo de racimo esperando que vuelvan a surgir.
Cumplido un lapso de aproximadamente seis meses, la planta llegará a su maduración total con la aparición de sus flores a partir del tallo principal. En este momento, la cosecha de espinaca se detiene y si lo desea, se pueden retirar desde la raíz para cultivar otra cosa. Sino, se espera hasta el final para extraer nuevas semillas de su flor.