Para aquellos amantes de las plantas, los árboles frutales pueden llegar a ser todo un desafío dado que en ocasiones, se requiere de espacio para lograr un desarrollo apto. Sin embargo hoy, te traemos una solución para que puedas cultivar un naranjo en maceta con una sencilla técnica de germinación.
El naranjo es un árbol de hoja perenne con un intenso color verde opaco, sumado a su floración blanca llamada azahar las cuales la convierten en una hermosas planta decorativa que se suele utilizar en ornamentaciones de todo tipo.
En algunas ciudades de nuestro país, es común encontrar naranjos en sus veredas dado que, cultivados en tierra, no se convierten en plantas demasiado altas y brindan un aroma característico en la época de floración.
Estas cualidades hacen del naranjo un excelente ejemplar para disfrutar de su color verde intenso, sumado a sus aromas y sobre todo, sus frutos. Para los más curiosos, la ciudad de La Plata (Buenos Aires) se caracteriza por tener varias especies en sus calles a modo de ornamentación (naranjos, tilos, entre otros) brindando un particular aroma en la época primaveral.
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Pero lo cierto es que, pese a no contar con un amplio jardín, el aroma del naranjo puede invadir tu casa siguiendo una técnica de jardinería tan sencilla como eficiente. Con ella podrás cultivar esta preciosa planta en un maceta y disfrutar en persona de todos sus beneficios.
Paso a paso
Para la germinación de nuestra planta de naranjo, en este caso no vamos a emplear semillas o esquejes (dos de las técnicas de jardinería más comunes) sino más bien utilizar una naranja, como las que se compran en cualquier supermercado o verdulería cercana.
Para empezar, necesitamos frotar un poco de aloe vera en uno de sus extremos (o polos) para “forzar” el enraizado desde el fruto en si mismo, sin la necesidad de retirar su cáscara.
Una vez realzado el primer paso, colocaremos el extremo de nuestra naranja con aloe vera sobre una maceta con tierra, sin la necesidad de enterrarla demasiado. De hecho, gran parte de la fruta deberá quedar al descubierto.
Luego, agregaremos un poco de agua y nos aseguraremos de mantener la tierra húmeda con un riego periódico. Es importante que cubramos la naranja a germinar para darle un efecto de invernadero que nos ayude con el proceso de nuestra planta.
Para ello, se puede implementar uno de los bidones plásticos donde se suele comercializar el agua mineral, recortando la base con un cutter o cuchillo y luego colocarlo por encima de nuestra maceta para resguardar a la planta.
Al cabo de algunos días, las hojas de color verde intenso comenzarán a surgir desde la parte superior de la naranja, demostrando que el proceso fue todo un éxito.
Habiendo llegado a este punto, nuestra planta estará lista para ser trasplantada, dado que por debajo, sus raíces también habrán salido desde el fruto. Sin la necesidad de retirar la naranja, plantaremos el árbol en un maceta y poco a poco lo veremos crecer en nuestro jardín brindando todos sus hermosos colores, aromas y riquísimas naranjas.