Las suculentas son sin dudas una de las plantas que más se destacan por su notable resistencia. Sin embargo, es fundamental aplicar unos mínimos cuidados para evitar que se deformen y se afeen a causa del estiramiento.
Es importante tener en cuenta que cuando tus suculentas lucen estiradas y pierden su bonita forma original es porque les falta luz en el espacio interior en donde está ubicada. Por ese motivo te contamos cómo hacer para salvarla.
Sucede que hay algunas especies que presentan una hermosa forma de roseta, pero de un momento a otro, debido a la falta de luz, su tallo comienza a crecer más alto de lo normal, entonces es allí cuando hay que hacer algo para evitar que se siga estirando.
Para ello, expertos en jardinería explican que no basta solo con ubicar la planta en su sitio más iluminado y por eso, en primer término, recomiendan decapitar tu suculenta, es decir, cortar la parte superior de la planta con unas tijeras bien afiladas.
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Luego, las pocas hojas que quedan en la zona de las raíces irán recuperando poco a poco su color al recibir una mayor cantidad de luz solar, lo que las ayudará también a respirar con mayor facilidad.
Por último, debes sembrar el tallo que cortaste de la planta estirada y con ello podrás tener nuevos hijitos para colocar en macetas con un buen drenaje y notará allí su crecimiento más habitual, es decir, a lo ancho y no a lo alto.
De esta manera, comprobarás que tu suculenta estirada tiene solución y sólo tendrás que aplicar estos pasos y ubicarla en su sitio mucho más luminoso, ya que así logrará recuperar la forma compacta de sus bellas rosetas.
Otros síntomas
Además de verse sumamente estiradas, podrás detectar que tu planta de suculenta no está recibiendo la luz necesaria cuando sus hojas se vean mucho más pequeñas de lo común, luzcan pálidas y dejen mucho espacio entre ellas, pues su crecimiento es irregular.
En conclusión, todos estos son señales de aviso que emiten las suculentas para hacernos saber que necesitan más luz y aplicando estos sencillos consejos y trucos podrás salvarla, incluso, cuando creías que ya no tenía solución.