La nieve llegó antes de lo previsto y vistió de blanco los principales cerros de la región. Catedral, Otto, López y Bellavista amanecieron con un manto blanco que anticipa una temporada invernal llena de expectativas para residentes, turistas y operadores turísticos. En el cerro Catedral, se registró una acumulación de cinco centímetros de nieve, suficiente para activar el entusiasmo de los fanáticos del esquí y el snowboard.
Pero el paisaje no es la única novedad. Este año, la ciudad enfrenta el invierno con una infraestructura renovada y una conectividad internacional sin precedentes. Se espera la llegada de más de 220 vuelos directos desde Brasil durante julio y agosto, con servicios desde San Pablo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Curitiba y Porto Alegre. Las principales aerolíneas regionales han confirmado su operación, facilitando el acceso de turistas internacionales al corazón de la Patagonia.
El cerro Catedral, epicentro del turismo invernal en la zona, culminó una modernización clave con una inversión superior a los 40 millones de dólares. Uno de los hitos más destacados es la incorporación de la nueva telesilla séxtuple desembragable Ciprés, con capacidad para trasladar hasta 3.000 personas por hora, mejorando notablemente la circulación y la experiencia en pista.
Además, la ciudad se encuentra en plena preparación para una nueva edición de la Fiesta Nacional de la Nieve, el evento que cada año marca simbólicamente el inicio de la temporada alta. El festejo incluye shows musicales, concursos, desfiles y actividades culturales que movilizan a miles de personas tanto locales como visitantes.
Con cerros listos, vuelos confirmados y celebraciones en marcha, Bariloche se posiciona una vez más como el gran polo turístico del invierno argentino. La combinación de naturaleza, inversión e innovación promete una temporada inolvidable.