Ayer fue el Día de la Mujer Originaria y la visibilidad que tuvo tal efeméride en esta sociedad patriarcal, capitalista y eurocéntrica fue minúscula. El racismo, el clasismo y el etnocentrismo no son exclusivos de los grandes patriarcas.
Los feminismos, que tantas justas conquistas han ganado rumbo a una sociedad más igualitaria, también tienen sus flaquezas en perspectivas que no incluyen a todas las mujeres e identidades disidentes por igual.
Rosa Torres, secretaria de la Comunidad Mariano Solo, dialogó con Radio Nacional sobre los lugares que ocupan las mujeres originarias dentro de sus comunidades. La dirigenta destacó que las mujeres mapuches guardan el Kimun (saber, sabiduría) y potencian su fuerza para luchar y sostener culturalmente al pueblo.
Torres hizo hincapié en generar más espacios de participación para las mujeres y pidió más igualdad y libertad para las actuales y para las generaciones venideras, aunque destacó los avances del último tiempo.
Rosa, de Colanconué, habló de cómo afronta el trabajo campesino, los estudios y la maternidad. Además, resaltó la "lucha diaria" en el camino hacia "poder tener derechos" como mujeres originarias, "poder trabajar en una comunidad" y ser reconocidas.
A continuación, destacó la atención médica que hoy en día reciben las mujeres mapuches, quienes pueden hacerse controles normalmente. En esa línea, expresó que "la mujer debe sentirse más libre, más protegida".
Por último, comentó que las mujeres rurales realizan trabajo doméstico y trabajo campesino. En ese sentido, contó que ahora su compañero se ocupa de tareas de cuidado en relación con su hijo mientras ella va a labrar el campo.