Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento del médico y científico Bernardo Houssay, quien implicó un aporte fundamental para la historia de la ciencia y la investigación nacional.
Nació en Buenos Aires el 10 de abril de 1887 y falleció a los 84 años. Un adelantado intelectualmente, terminó la primaria a los 9 años y la secundaria a los 17. A los 17, ya estaba recibido de farmacéutico.
Entró a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se graduó con honores en 1911. Años más tarde, obtuvo doctorados "honoris causa" en Harvard y Oxford.
Houssay fue además el impulsor y primer presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
El primer Premio Nobel argentino
El 10 de diciembre de 1947, a sus 60 años, Houssay recibió el Premio Nobel de Medicina por su investigación y descubrimiento del rol de las hormonas pituitarias en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre.
Este reconocimiento impulsó el trabajo de la fisiología en la Argentina.
Un rol fundamental en el CONICET
Bernardo Houssay fue uno de los principales impulsores de la ciencia local, no solo formándose como investigador, sino aportando conocimientos a cientos de discípulos que lograron que la fisiología fuera uno de los campos más desarrollados de la medicina argentina.
De esta manera, el investigador argentino formó parte de una pieza indispensable dentro de la ciencia nacional, se valió de reconocimientos y premios y alentó a que miles y miles de jóvenes se interesaran por este rubro.
El Estado como actor fundamental
Este lunes el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MINCYT) cambió de representante: Roberto Salvarezza cedió su lugar a Daniel Filmus, quien aseguró que trabajará incansablemente para continuar con la recuperación de este sector.
Hablamos de recuperación porque durante la gestión macrista, el MINCYT fue una de las entidades que sufrió la reducción a secretaría. Esto implicó un desabastecimiento de recursos y un desfinanciamiento que, hasta el día de hoy, la Nación intenta sacar adelante.
Desde 2019 hasta ahora, el Estado puso duplicar los ingresos al CONICET. Iniciaron, además, un programa para recuperar los montos de las becas doctorales y postdoctorales. Tras solo cuatro meses de comenzar la gestión llegó la pandemia, y en pocos días lograron movilizar al sistema científico para conformar la Unidad Coronavirus, integrada por el MINCYT, el CONICET y la Agencia I+D+i.
Con una importante inversión por parte del Gobierno, el ministerio logró en tiempo récord desarrollar kits de diagnóstico del virus y de detección de anticuerpos de bajo costo, de los cuales ya se han fabricado 5 millones de determinaciones. También, elaboraron barbijos de telas antivirales que protegen del coronavirus.
Además, gracias a esta gestión, la labor de la comunidad científica argentina fue reivindicada. Junto con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y a la ANSES, se incorporaron profesionales y técnicos de la Carrera del Personal de Apoyo a la Investigación y Desarrollo del CONICET al régimen previsional especial para investigadores científicos, con lo que se reconoció su rol en la producción científica y tecnológica y en la transferencia a la sociedad en su conjunto.
Esta es, apenas, una muestra de la importancia de la ciencia y de su reconocimiento a lo largo y lo ancho del país. Un trabajo incansable por parte del ministerio y la gestión del presidente Fernández, que sigue en crecimiento y apunta a profundizar políticas de progreso.