En los tiempos que corren actualmente, con el mundo que atraviesa la pandemia por COVID 19 y todo lo que conlleva, es fundamental poner en el centro la salud mental.
Ya lo habían dicho las Mujeres de la Matria Latinoamericana (MUMALA) hace meses: la profundización de la crisis sanitaria y la realidad económica y social se acumulan a las desventajas y violencias que ya experimentan de manera cotidiana mujeres y personas del colectivo LGBTIQ+.
En este sentido, la coordinadora de MUMALA en Chaco, Paula Ojeda, destacó que ya se está transitando el segundo año consecutivo de pandemia y, con indicadores que evidencian una situación social desfavorecedora, “las preocupaciones se multiplican con el consecuente impacto en la salud de quienes se encuentran en mayor desventaja social”.
Ojeda, en sintonía, amplió: “La sobrecarga de tareas de cuidado (tareas domésticas, protección de hijos, adultos mayores, personas con discapacidad), el teletrabajo con dispositivos o conectividad deficitarios, la educación virtual, el cierre de espacios de cuidado y contención de niños y jóvenes, el aislamiento o restricciones para la circulación o encuentros sociales, entre otras situaciones concretas, han vulnerado la salud mental de mujeres e identidades feminizadas”.
Los dichos de las referentes de MUMALA se enmarcan en el informe Democracia en Casa, que al consultar acerca del estado anímico general en pandemia, tuvo como resultado que el 61 % de las personas que completaron la encuesta se sienten en un estado de ánimo negativo.
A su vez, el mismo informe evidencia que el grupo de mujeres que viven solas desarrollaron un mayor porcentaje de ansiedad; mientras, las mujeres con hijos y/o pareja, con un porcentaje mayor de tristeza y cansancio.
Un porcentaje de las mayores preocupaciones es que mujeres y personas LGBTIQ+ expresaron fue por violencia de género y violencia familiar. Un 18 % del total de personas encuestadas.
En este contexto, Ojeda retomó que desde MUMALA se apela a “la modificación de actitudes, roles y tareas, afianzadas históricamente a partir de estereotipos sexistas al interior de los hogares”. De esta forma, es fundamental poner el centro en la salud mental, más aún cuando se trata de violencias sistemáticas y cotidianas que atraviesan mujeres y disidencias.