A 59 años de la desaparición de Felipe Vallese, el recuerdo de su lucha sigue en la memoria. Aquel 23 de agosto de 1962, el joven de 22 años fue secuestrado por un grupo de tareas. Él era obrero metalúrgico de Metalúrgica TEA, donde también era delegado gremial.
Camino a su trabajo fue abordado en plena noche, golpeado y cargado en un auto. A partir de ese momento, no se supo nada más de él. De esta manera, el joven obrero se convirtió en el primer detenido desaparecido de la militancia peronista.
El principal sospechoso de la desaparición de Vallese fue el oficial subinspector Juan Fiorillo, Jefe de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional San Martín, quien tenía 31 años.
Felipe Vallese fue el primer detenido desaparecido de la Juventud Peronista (JP). Había nacido el 14 de abril de 1940 y en 1955 estuvo presente en el bombardeo a Plaza de Mayo. Luego, en 1958, junto con 40 compañeros fundó la mesa ejecutiva de la JP.
El 8 de julio de 1962 comenzaron los hechos que desencadenaron en su desaparición, cuando policías bonaerenses fueron asesinados a balazos en un corralón de calle Gascón al 200 de Capital Federal.
El hecho fue confuso pero la Policía Bonaerense culpó a “Pocho” Rearte, hermano de uno de los compañeros de militancia de Vallese. Como “Pocho” iba seguido a la casa de Felipe, el 10 de julio comenzaron a rodear la casa y el 23 de agosto de 1962 dieron el golpe: secuestraron al joven Vallese cuando iba a la fábrica que estaba a diez cuadras de su domicilio.
En la actualidad, su hijo, Eduardo Felipe Vallese se encarga de llevar el nombre de su padre como estandarte.