Un día como hoy, pero del año 1951, una gran multitud se reunión en la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires para apoyar a la fórmula Perón-Perón, compuesta por Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón. Allí, frente a dos millones de personas, Evita anunció su renuncia a la candidatura.
Ese 22 de agosto, se realizó lo que se llamó "Cabildo Abierto del Justicialismo", convocado, en plena 9 de julio, por la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), Evita se dirigió con un discurso emotivo y que causó fervor popular en todos los argentinos y argentinas:
Yo no he hecho nada, todo es Perón. Perón es la Patria, Perón es todo y todos nosotros estamos a distancia sideral del líder de la nacionalidad. Yo, mi General, en la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados de la Patria, os proclamo, antes que el pueblo os vote el 11 de noviembre, presidente de todos los argentinos. La Patria está salvada porque está en manos del General Perón. A ustedes, descamisados de mi Patria y a todos los que me escuchan, los estrecho, simbólicamente, muy pero muy fuerte sobre mi corazón
Eva Duarte de Perón atravesaba un cáncer que ya le estaba causando demasiado dolores, los cuales no la dejarían afrontar tremenda campaña electoral. Es por eso que, luego de proclamar tales palabras, ante una multitud que lloraba y clamaba su nombre, la abanderada de los humildes se fundió en un abrazo a su compañero, al amor de su vida, quien caminaba junto a ella bregando por los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Evita, la referente de las mujeres
Eva Duarte de Perón fue una pieza clave en el escenario político, sobre todo en cuestiones de la defensa de los derechos de las mujeres argentinas, quienes, por medio de su imagen, lograron mayor visibilidad en esa época.
Un gran logró conseguido por esta figura política tan importante fue la promulgación de la ley de sufragio femenino, también conocida como "Ley Evita". Esta fue sancionada el 9 de septiembre de 1947, y gracias a ella se habilitó a todas las mujeres de argentina a votar, lo que también significó un paso fundamental para que muchas de ellas se comenzarán a incorporar a los ámbitos políticos. En ese momento, la primera dama expresó:
Nuestra voz ha sido escuchada. Gracias a la revolución y a nuestro líder se han reconocido al fin los derechos políticos que durante tanto tiempo nos fueron negados. Ahora podemos votar. Mujeres compatriotas, amigas mías, ¡sepamos también votar!