Organizaciones no gubernamentales, organizaciones humanitarias y programas internacionales repudiaron la frágil situación de la población afgana ante el retorno del régimen talibán.
El contexto es grave, tanto para quienes permanecerán en el país como para quienes busquen huir por cualquier medio tras el triunfo talibán. Además, a esta crisis la sufren particularmente y de manera exacerbada las mujeres afganas.
En el país asiático se vive una tensa situación por los desplazamientos internos y la imposición de la "sharía", la ley islámica, es inminente.
Ayer se registraron los primeros combates entre fuerzas leales al gobierno derrocado y los talibanes, ahora al mando del país. Esto hace crecer los temores y la situación podría complicarse aún más.
Analistas locales e internacionales auguran una nueva guerra civil, como la que devastó al territorio después de la retirada soviética, a finales de los años 80.
Fuerzas alineadas con el derrocado vicepresidente de Afganistán, Amrullah Saleh, anunciaron ayer que los talibanes fueron expulsados de tres distritos de la provincia de Baglan, al norte de Kabul, la capital.
Los talibanes fueron desplazados tras la muerte de quince de sus efectivos; en tanto, otros diez habrían sido capturados, según el New York Times.