La Justicia argentina condenó, ayer, a más de 20 años de cárcel, a dos represores de la última dictadura por delitos sexuales cometidos contra prisioneras políticas en un centro clandestino de detención (CCD) que funcionaba en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Se trata de Alberto "Gato" González y de Jorge Eduardo “El Tigre” Acosta. Este último, excapitán de fragata, estuvo a cargo del CCD que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Acosta fue sentenciado a 24 años de prisión.
Por su parte, el exagente de inteligencia, Alberto “Gato” González, recibió una condena de 20 años, como resultado del fallo de este juicio que se llevó a cabo de forma reservada, a pedido de las víctimas.
Ambos son culpables de "violación agravada por haber sido cometida en concurso de dos o más personas" y de “violación reiterada en por lo menos diez oportunidades”, ambos delitos de lesa humanidad, que no prescriben y que se juzgan de forma separada de otros crímenes de tortura y de secuestros.
En la causa se juzgaron delitos sexuales cometidos contra tres mujeres entre 1977 y 1978. Los crímenes se efectuaron en la ESMA, donde también funcionó una maternidad clandestina, que fue centro de robo de bebés.
La Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad en Argentina impulsa, desde 2012, la persecución penal de estos crímenes de violencia sexual cometidos durante la dictadura y los considera como delitos autónomos con el propósito de establecer responsabilidades.