El mercado de ropa de segunda mano o usada creció durante la pandemia por la necesidad de generar ingresos extra y por el elevado precio de la ropa nueva; fue impulsado además por la creciente conciencia del impacto ecológico de la industria de la moda, tal como explica Télam.
Las cifras pueden ser un buen indicativo: el promedio mensual de productos publicados durante 2019 fue de 100 mil, mientras que en el 2020 prácticamente se duplicó, con 190 mil.
La palabra de las vendedoras de segunda mano
Por un lado y en diálogo con la fuente ya mencionada, Cecilia Membrado, fundadora y CEO del sitio online de ropa de segunda mano Renová Tu Vestidor, explicó que junto con su socio Ignacio Basaldúa fundaron una plataforma web con más de 1,5 millones de usuarias que publican gratuitamente, con una comisión de venta, indumentaria de segunda mano para mujeres y niños: "Conectamos a usuarias que quieren vender la ropa que ya no usan con gente que quiere comprar ropa de buena marca, en buen estado, a buenos precios".
Como Membrado indicó, muchas personas en pandemia quedaron sin trabajo y los productos publicados crecieron, incluso una usuaria generó 4 millones de pesos. “Muchos factores aceleran el uso de este tipo de plataformas, cuando las personas necesitan una fuente de ingresos adicionales se ponen más creativos, es economía colaborativa”, comentó.
La gente quiere seguir vistiéndose con las marcas que le gustan pero no está dispuesta a pagar un sueldo promedio en un tapado, entonces lo compra de segunda mano
A su vez, la cofundadora de la tienda de locales físicos y web Cocoliche Ropa, Brenda Andersen, explicó que los precios de las prendas de segunda mano que manejan son aproximadamente un tercio del costo de la ropa de primera mano, pero sin embargo tratan de que sea una “propuesta atractiva” para el que compra y el que vende.
Como indicó Andersen, la tienda online actualmente representa el 25 % de sus ventas y fue abierta con el inicio de la pandemia, lo que permitió que la indumentaria llegue a todas las provincias. Como explicó: "Una mayor cantidad de personas dispuestas a vender lo que ya no usan; la pandemia pudo haber brindado tiempo en el hogar para ordenar y seleccionar lo que ya no se usa y también porque es una manera de obtener dinero en el momento".
El medioambiente y el “fast fashion”
Como la cofundadora de Cocoliche Ropa explica:
Comprar y vender ropa usada es un hábito de consumo de moda más amigable con el planeta
La circulación de ropa de segunda mano, en este sentido, reduce la contaminación que provoca el continuo proceso de fabricación de indumentaria y deja menos consecuencias negativas en el planeta: “la moda sostenible es la moda del futuro".
Como explicó Membrado, la conciencia social de lo contaminante que es la industria de la moda es otro factor que impulsa el mercado de ropa usada.
Especialistas en la materia indican que la industria de la moda es el segundo sector que más contamina el agua limpia, a su vez que genera múltiples residuos tóxicos.