Los feminismos nos demuestran una y mil veces que la organización salva. Pero para los distraídos y para los escépticos hay ejemplos: las mujeres albañilas de la Cooperativa Campo Unamuno, en Villa Fiorito.
Desde el Movimiento Evita, y en trabajo en conjunto con algunos programas del Ministerio de Desarrollo Social (Potenciar Trabajo y el Programa Argentina Unida por la Integración de los Barrios Populares), se unieron las voluntades políticas y se insertaron mujeres a un mundo que estaba plagado de hombres: el rubro de la construcción.
Las mujeres de la Cooperativa Campo Unamuno rompen con todos los estereotipos: son albañilas, plomeras, electricistas, levantan paredes y remodelan lugares, tareas que históricamente son asociadas con las masculinidades.
Ahora, toman la posta y se dedican a levantar paredes y derribar prejuicios de una sociedad patriarcal que pone a las mujeres y diversidades en el ámbito de lo privado en donde se encargan exclusivamente de las tareas de cuidado.
Fuente:(Cooperativa Campo Unamuno)
Ahora, las obreras de la Cooperativa Campo Unamuno realizan tareas como “refaccionar la casa de un vecino que se quemó, el segundo grupo se ocupa de las conexiones domiciliarias de agua en el barrio, y otro da los toques finales de una pintada impolutamente blanca”, según indicaron en una entrevista con Página12.
Para ese mismo medio Juana Gauto (41), contó: “Como madre soltera, siempre tuve que esperar de alguien con mi casa. Y es muy difícil, porque te cobran demasiado la mano de obra sumado a que vos tenés que comprar los materiales. Siempre me costó mucho.”
Además expresó: “Por eso es un gran logro para mí no estar dependiendo del hombre, sino que yo puedo hacer mi casa con mis propias manos. Estoy orgullosa, como madre, como abuela… para que las nenas vean que podemos no depender de un hombre”.
Sin dudas, el proyecto que capitaliza el accionar de las mujeres como propias constructoras de su barrio hace que también cambien las realidades de las nuevas generaciones de niñas y niñes a quienes no les resultará tan “raro” ver a mujeres en el rubro de la construcción.
Belén, otra integrante de la cooperativa, contó cómo relaciona esta toma de poder en relación con las generaciones que le siguen:
Y así a mis hijas les enseño. Porque yo lo primero que les digo es que nunca dependan de un hombre, que ellas van a poder hacer todo y salir adelante