El cardiocirujano argentino René Favaloro falleció el 29 de julio del 2000. A 21 años de su muerte, resultado de un suicidio de un disparo en el corazón, conmemoramos su partida y la conmoción que causó y sigue causando en la sociedad argentina la pérdida de su figura. En esta efeméride en su honor, te contamos quién fue.
René Favaloro nació en La Plata, Buenos Aires, en 1923. Estudió medicina y en un primer momento se dedicó a ser médico rural en La Pampa. Allí llevó a cabo una tarea muy importante de prevención y difusión que influyó considerablemente en la disminución de la mortalidad infantil en el territorio.
En los 60, René partió hacia Estados Unidos con el objetivo de formarse como cirujano de tórax y en 1967 dirigió la primera operación a una mujer con su técnica de bypass aorto-coronario. El procedimiento le otorgó reconocimiento internacional porque cambió para siempre la historia de la enfermedad coronaria. Fue tal su trascendencia que, en 1992, el diario "The New York Times" explicó que era un “héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna”. Pese a todo el reconocimiento, Favaloro siempre destacó como una persona humilde.
Al retorno a su patria, el médico continuó trabajando y, en 1975, creó la Fundación Favaloro, centro de capacitación para médicos y del Laboratorio de Investigación Básica.
Sin embargo, a sus 77 años, en el 2000, René se suicida de un disparo al corazón, agobiado por la dura situación económica que atravesaba la Fundación Favaloro (que era acreedora del PAMI y diversas obras sociales por varios millones de dólares, y tenía deudas). También decepcionado por la falta de respuesta por parte de autoridades y empresarios, como lo expresa en la carta que deja luego de su muerte: “En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta”.
Toma la decisión, como él explica, meditada, dejando una carta en donde podemos leer: “Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga. Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz".
Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar
Oscar Mendiz, el actual secretario de la Fundación, indicó que el médico "Era un apasionado por el trabajo, los pacientes y la sociedad". Además, fiel a su compromiso humanitario, explicó: "Su obsesión era el paciente, que no son números, que deben ser respetados".
Su figura cambió la historia de la medicina argentina (incluso de la internacional) pero sobre todo, cambió (y salvó) la vida de miles y miles de personas. Año a año, su persona es recordada y admirada: por ejemplo, en el 2016 el país se llenó de murales con dibujos de corazones en su honor. Muy por el contrario a ser condenado al olvido, el recuerdo de René Favaloro se agiganta con el paso del tiempo.
Un abrazo a todos. René Favaloro