La Guía de buenas prácticas comerciales en cuestiones de géneros y diversidades fue presentada por el Gobierno nacional, desde el Ministerio de Desarrollo Productivo y la Secretaría de Comercio Interior. Se trata de un documento que incluye recomendaciones destinadas a identificar y desarticular prácticas sexistas presentes en las relaciones de consumo comerciales. Como expresa el documento:
Las prácticas sexistas —aquellas que naturalizan las desigualdades de género, que crean estereotipos rígidos y limitantes, que subordinan a las mujeres y a las personas de identidades no binarias— se presentan en los distintos momentos de las relaciones de consumo y por ello es necesario incorporar la perspectiva de género para abordarlas
Punto por punto, las recomendaciones de la Guía
Aspectos generales de las relaciones de consumo
Se recomienda:
- Evitar que la información esté sesgada por el concepto de sexo biológico.
- Procurar que la información no se encuentre redactada con lenguaje sexista.
- Evitar relacionar con determinado género los rasgos o características biológicas.
Rotulados
Con respecto a los rotulados, el documento efectuado por las instituciones citadas refiere a que la presentación del producto no debe orientarse a una segmentación por género que asocie determinados colores a determinados géneros, por ejemplo, el rosa con el género femenino. Para ello, recomiendan:
- No utilizar colores socialmente relacionados a un determinado género para dividir a los consumidores.
- Evitar el uso de sustantivos relacionados con estereotipos de género. Por ejemplo: princesas, campeones, damas, caballeros, entre otras denominaciones.
- Evitar que el rotulado incluya información sobre rasgos o características biológicas vinculándose con un género en particular.
Sobre las publicidades en las prácticas comerciales
- Deben evitar presentar a los individuos en roles o estereotipos de género asignados culturalmente al sexo biológico.
- No asumir que las mujeres son las únicas responsables de las tareas de cuidado, como la crianza o la limpieza del hogar.
- No insinuar que las mujeres trabajan fuera del hogar, pero siguen teniendo la responsabilidad de llevar a cabo las tareas de cuidado y que deben cumplir en ambas para ser reconocidas socialmente.
- Evitar la promoción de productos destinados a mujeres que buscan perfeccionar sus cuerpos basados en modelos hegemónicos de belleza que puedan afectar su salud.
- No presentar la imagen de la pareja heterosexual con hijos e hijas como un único modelo de familia. Por el contrario, se recomienda incentivar nuevos modelos de institución familiar como las monoparentales, parejas sin hijos/as, entre otras.
- No exponer a las mujeres como objetos de atracción sexual.
- Evitar presentar situaciones de violencia o de dominio del género masculino sobre la mujer, así como también conductas humillantes o abusivas.
- No presentar los productos comerciales de una forma binaria donde haya una sola persona destinataria, hombres o mujeres, aunque el producto pueda ser usado por cualquier persona.
- No enlazar la menstruación con sentimientos de angustia, vergüenza, miedo, dolor o histeria.
Recomendaciones en relación a la atención y al trato a los consumidores
- No impedir el ingreso a lugares o la atención en estos de personas por su identidad autopercibida.
- Evitar generar lugares que sean exclusivos para personas de un sexo biológico determinado.
- No impedir el ingreso a un lugar por la vestimenta o aspecto físico de alguien.
Acerca de la protección a la salud y a la seguridad
- No reproducir mensajes o estereotipos de belleza que fomenten prácticas que sean riesgosas para la salud.
- La información o promoción del producto no debe sugerir prácticas que ponen potencialmente en riesgo la salud.
- La información o promoción del producto debe evitar relaciones de determinadas características biológicas con dolor, vergüenza, malestar, miedo atribuidas a un género determinado.
Sobre contratos, formularios y documentación
- No confeccionar contratos que sean exclusivos para determinado sexo biológico.
- No utilizar en la redacción un lenguaje que incluya un solo género (por ejemplo, expresiones como “señor”).
- No utilizar formularios que distingan según las categorías "hombre" o "mujer".