Se acerca el día esperado luego del cierre de los colegios con el comienzo de la cuarentena estricta: este lunes abren las escuelas en toda la provincia de Buenos Aires. Tras un año y medio de incertidumbre, aumento y baja de contagios de COVID 19 y con el plan de vacunación en rápido avance, la reapertura de las escuelas es un hecho. Así lo anunció el gobernador Axel Kicillof en una rueda de prensa este martes.
Desde El Colectivo dialogamos con la especialista en educación, Laura Lewin, y nos contó cuáles son los principales desafíos a los que los chicos se enfrentan con el retorno a la presencialidad (y el reencuentro cara a cara con sus docentes y compañeros) y cómo acompañarlos a transitar este proceso.
La especialista afirmó que, si bien es difícil saber con certezas las consecuencias del coronavirus, sí es cierto que la brecha de desigualdad ha incrementado y ha dejado a muchos chicos desanimados de cara al futuro, lo cual genera angustia y enojo. Sin embargo, existen otros chicos que además de la educación virtual, tuvieron una sobreestimulación tecnológica, lo que produce fallas en el desarrollo cognitivo como la falta de concentración, de memoria, falta de curiosidad y poca tolerancia al aburrimiento, entre otros, y todo esto afecta el aprendizaje.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora del regreso presencial?
Lewin explicó que la pandemia generó un vacío de conocimiento que será difícil de recuperar, pero enumeró algunas recomendaciones para que el proceso sea mucho más ameno:
- Priorizar contenidos.
- Reorientar las currículas.
- Diseñar estrategias pedagógicas que se adecúen a las necesidades de los alumnos.
- Utilizar toda nuestra creatividad para llegar a los alumnos y ayudarlos a aprender.
Los chicos no son baldes que hay que llenar. No se trata de avanzar por el programa a la velocidad de la luz. Una cosa es enseñar, pero otra es aprender. El foco debe estar no en cubrir todo el programa, si no en asegurarnos que los alumnos aprendan
Claves para acompañar a los estudiantes
La especialista afirmó que es importante saber antes de actuar si los chicos están interesados. Asimismo sugirió estar atentos a las señales que los niños pueden demostrar, ya que como dijimos anteriormente, pueden estar estresados o angustiados. Lo más importante en estos casos es transmitirles tranquilidad y seguridad.
Claves para acompañar a los docentes
Los estudios demuestran que, cuando la familia y la escuela trabajan en conjunto, los alumnos tienen mejor rendimiento académico y también les va mejor en sus vidas adultas. Todo soñamos con hijos que puedan tener la autodisciplina necesaria para planificar, organizar, priorizar y resolver sus tareas escolares sin ayuda. Pero eso hay que construirlo
Algunas ideas para tener en cuenta que sin duda ayudarán a los docentes:
- Desarrollar una rutina: una de las primeras cosas que tenemos que hacer es la de desarrollar una rutina. Para evitar llantos y berrinches, lo mejor es poner horarios de trabajo que hay que respetar. ¿A tu hijo le resulta mejor concentrarse de mañana o de tarde? Tratá de armarles sus rutinas en función de qué les funciona mejor a ellos.
- Ayudalos a organizarse y priorizar: ¿Qué vas a hacer primero? ¿Cuántas hojas hacemos hoy? ¿Necesitás algo en particular para completar esa actividad?
- Organizales el espacio: para evitar que se distraigan o dispersen, organizales el espacio de trabajo. Que no les falte nada. Desde el cuadernillo, cartuchera y sus útiles, hasta el vaso de agua, que no necesiten levantarse. Y además, apagá la tele, la música y cualquier cosa que pueda distraerlos.
- Cuidá sus creencias: son nuestras creencias las que nos acercan o alejan de aquello que queremos hacer. Frente al fracaso o al desafío, algunos niños se esfuerzan más. Otros, por el contrario, se frustran y abandonan.
- Si utilizan un lenguaje negativo, ayudémoslos a reformularlo brindándoles ánimo y positividad.
La importancia de estar atentos
Es sabido que para poder aprender se necesita un alumno dispuesto y un docente que explique y enseñe. Esto, muchas veces genera frustración en los niños y adolescentes.
Algunos alumnos, frente a un desafío, pueden adaptar sus estrategias cognitivas para generar un cambio positivo. Sin embargo, otros alumnos, frente a un desempeño bajo, en lugar de asumir la responsabilidad, se empeñan en culpar a su docente, al tiempo o a factores externos, y no toman conciencia de que pueden modificar su desempeño a través de sus decisiones y estrategias .
Estas dos conductas diferentes tienen que ver con la autorregulación, y también debe enseñarse. “Si lo que deseamos como educadores es que nuestros alumnos sean felices, formen parte de una comunidad y dejen una huella positiva, el trabajo de las habilidades socioemocionales sostenido en el tiempo y de manera transversal resulta imperioso”, concluyó la educadora.