Eran épocas turbulentas en el gobierno de Juan Domingo Perón, en el año 1951, cuando Eva Perón pronuncia uno de sus discursos más importantes el 22 de agosto de 1951. En él, indica su “renunciamiento” a la candidatura a la vicepresidencia de la Nación que el Movimiento Nacional Justicialista le había propuesto.
El contexto político que llevó a Eva a tomar esta decisión fue crucial: ya 28 de septiembre de 1951 se había gestado el primer intento de golpe de Estado en contra de la figura de Perón, que había sido elegido democráticamente por el pueblo argentino. Ese golpe de Estado fue interrumpido por la falta de apoyo a las fuerzas militares que querían derrocar al entonces presidente.
La historia sigue en 11 de noviembre de 1951: ese día se celebraron los primeros comicios en los que las mujeres podían votar, derecho fundamental al que dio lugar Eva Perón, que ya estaba muy afectada por la enfermedad que terminaría con su vida.
Es en ese contexto que Eva Perón tomó la palabra por última vez para hablar desde el corazón y expresar sus deseos de unidad para seguir creando un país más igualitario con derechos para las minorías.
Desde el balcón de la Casa de Gobierno, y con una Plaza de Mayo repleta de miles y miles de trabajadores, Evita Perón pronunció su último discurso con el que reivindicó su amor al pueblo argentino y celebró el Día del Trabajador, un 1.º de mayo de 1952.
Desde El Colectivo, recordamos a la lideresa de los descamisados, a la jefa espiritual de la nación, a Evita Perón que versó sus últimas palabras que quedarán en la memoria de cada argentino que lucha para que en el pueblo reine el amor y la igualdad.