El lenguaje inclusivo, incluyente o no binario, ese que llegó a irrumpir en la sociedad de los estructurados, los que no entienden de la apertura de la mente y el avance de una sociedad que continuamente cambia y progresa, otra vez está en el centro de debate, en este caso, con la presentación de un proyecto de ley nacional para vedar su uso.
En el Congreso Nacional, las abogadas Cynthia Ginni y Patricia Paternesi presentaron un proyecto de ley para prohibir el uso del lenguaje inclusivo en documentos oficiales, escuelas y otros establecimientos educativos, este cuenta con una carta de adhesión del constitucionalista Félix Lonigro.
La iniciativa, que apunta a evitar “alteraciones gramaticales y fonéticas que desnaturalicen el lenguaje”, obedece a la búsqueda de eliminar los supuestos obstáculos que, en materia de lectoescritura, se manifiestan por su uso. Sus autoras consideran que los niños van formando su lenguaje durante los primeros años de su vida, por lo que su "mala utilización" podría no solo obstaculizar la lectoescritura, sino también convertirse en una barrera para aquellos que tienen más dificultades.
Prohíbase el uso en documentos y actos oficiales y en establecimientos educativos del comúnmente denominado ‘lenguaje inclusivo’, en cualquiera de sus formas (“x”, “e”, “@”, etc.), empleadas para reemplazar el uso del masculino cuando es utilizado en un sentido genérico, así como de cualquier otra forma diferente a la lengua oficial adoptada por la República Argentina.
Por su parte, la diputada del Frente de Todos, Lucila del Ponti, expresó que la propuesta no prosperó en la Cámara baja provincial, ya que desde esta, se dirigen en un sentido inverso a lo que plantea el proyecto de prohibir el uso del lenguaje inclusivo:
Si bien nosotros no tenemos una disposición para que sea obligatorio el uso del lenguaje inclusivo, siempre se trata de buscar una redacción que manifieste la visibilidad de todos los géneros.
Cynthia Ginni y Patricia Paternesi sostienen que Argentina debe seguir la senda trazada por Francia, que prohibió el lenguaje inclusivo; como también de Chile y Perú, que ya cuentan con iniciativas similares en sus congresos.