Jueves 16 de Noviembre 2023
VIOLENCIA MACHISTA Y MEDIÁTICA

Eugenia "China" Suárez: "El peso con el que se me juzga a mí es absolutamente asimétrico"

China Suárez habló por primera vez de toda la situación que vivió esta semana y apuntó a la violencia de género mediática.

Eugenia "la China" Suárez. Fuente: (Twitter)
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Eugenia "la China" Suárez fue objeto de burla y de agresión durante toda la semana. A partir de movimientos en Instagram que hizo Wanda Nara, se especuló con que Mauro Icardi, esposo de Nara, había cometido una infidelidad con Suárez.

Durante toda la semana, las redes sociales y los programas de chimentos divulgaron, sistemáticamente y sin piedad, datos íntimos y mensajes que se habían enviado el futbolista y la actriz. Mucho se habló de "la tercera en discordia", una lluvia de epítetos machistas y arcaicos fueron dirigidos contra la China Suárez por haber estimulado a Mauro Icardi a verse, a salir.

 

 

Es muy vintage la idea del pobre varoncito que si lo seducen no se puede resistir, que si lo encaran no se puede negar, que si está casado no puede aclarar de entrada que no tiene ninguna intención de intimar con alguien por fuera del matrimonio.


El varoncito mantuvo las conversaciones. El varoncito le mintió a la esposa, a quien le juró fidelidad en el contrato matrimonial. Y mientras sobre Icardi se hacen algunos chistes zonzos, a la China se la denigra públicamente. "El peso con el que se me juzga a mí es absolutamente asimétrico", publicó Eugenia en sus historias de Instagram.

Es cierto que ella fue cómplice de un intento desleal para con Wanda Nara, esposa de Icardi, pero no solo que a ella se le pega más fácil porque es mujer (mientras del varón, apenas se hacen memes por la vestimenta que usa); además, ella podría ser otra persona. 
 

 

La cómplice de una infidelidad es lábil, pero es la pareja quien traiciona y, en la distribución de cargas de la opinión pública, la China se lleva la peor parte, la más pesada. Mientras tanto, otros varones de la farándula que se han involucrado sexualmente con mujeres casadas rara vez son señalados como imperdonables en el imaginario social.

Tampoco es bien recibido que la China haga uso de un discurso feminista solo porque le toca vivir violencia en este caso individual. Ahora bien, la fama parece ser blanco fácil para juzgar la vida personal y eso juicio se exacerba cuando se trata de una mujer o de una persona proveniente de barrios populares, por ejemplo.

Entre tanto chiste, hay mucha violencia, familias que están en el medio, pasándola mal. Es un buena oportunidad para hacer el ejercicio de hasta dónde un comentario o un discurso es gracioso y desde dónde empieza a ser violento.