La organización social Somos Barrios de Pie denunció hoy que las cien familias que fueron víctimas del desalojo del asentamiento "La Fuerza de las Mujeres", del barrio Carlos Mugica en Retiro, siguen sin contar con "respuesta o solución alguna" del Gobierno porteño.
Ayer se cumplieron quince días del operativo de desalojo que llevó a cabo la Policía de la Ciudad de Buenos Aires que, con tal operativo, derribó las viviendas de la toma y erradicó a sus ocupantes.
"En quince días no recibimos ninguna respuesta ni ninguna solución, estamos en una situación de incertidumbre total desde el primer momento", le dijo Rocío Ponce a Télam. Ponce es vecina del sector Cristo Obrero del Villa 31 y una de las delegadas de la toma.
Lorena Martínez, también habitante de la Villa 31 y otra de las portavoces del asentamiento, contó que el problema central de las mujeres con hijos que participaron de la toma era la dificultad para conseguir piezas en alquiler.
"Nosotros somos ochenta mujeres que sufrimos violencia de género y también violencia habitacional, porque en el barrio no te dan alquiler con chicos. Por eso, el único remedio que encontramos fue tomar ese basural", expresó Martínez.
Las vecinas dieron su testimonio para que se escuchara su visión de la problemática de vivienda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), en un debate organizado ayer por Somos Barrios de Pie. La consigna fue "Una ciudad feminista e inclusiva, entre casas sin gente y gente sin casas".
En la charla se apuntó contra el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y su insistencia en "promover la especulación y el negocio inmobiliario para construir grandes torres que benefician a empresas empresas y perjudican al medioambiente mientras condenan a la indigencia y a la falta de vivienda a miles de familias", según el comunicado oficial de la actividad.
Walter Córdoba, dirigente de Somos Barrios de Pie, señaló que el desalojo "trastocó toda la vida" de las familias que habían tomado el basural. Mujeres con hijos fueron llevadas "a paradores en los que no pueden ni cocinar ni lavar; y sus chicos y chicas no pueden ir a la escuela porque no cuentan con recursos para trasladarse, por ejemplo, desde Lugano a Retiro", indicó.