Si estás buscando una planta rastrera, resistente y de gran belleza, la Lysimachia nummularia, conocida popularmente como Planta de la Moneda, es una opción infalible. Gracias a su crecimiento vigoroso, su bajo mantenimiento y su capacidad para cubrir grandes superficies, es ideal tanto para jardines como para macetas.
Originaria de Europa, esta especie de la familia Primulaceae ha logrado expandirse a diferentes regiones del mundo, incluyendo América del Norte, donde es apreciada por su aspecto ornamental. Su follaje brillante y redondeado recuerda a monedas doradas bajo el sol, convirtiéndola en una verdadera joya para cualquier espacio verde.
Un espectáculo de color y textura
Hojas que encantan: Sus tallos cortos y hojas circulares, con ese vibrante tono dorado, la hacen perfecta para tapizar jardines, cubrir muros o como planta colgante.
Floración de ensueño: Desde mediados de primavera hasta mediados de verano, sorprende con una abundante producción de flores amarillo brillante, añadiendo un toque cálido y vibrante.
Cuidados esenciales para una Planta de la Moneda rozagante
Sustrato adecuado: Si la cultivas en maceta, usa sustrato universal. En el jardín, se adapta fácilmente a distintos tipos de suelo.
Riego balanceado: En verano: 3 o 4 riegos semanales. Durante el resto del año: cada 5 o 6 días, solo cuando la tierra esté ligeramente seca.
Iluminación óptima: Prefiere estar al aire libre, en semisombra o sombra total. Evita la exposición directa al sol fuerte para preservar su brillo natural.
Poda y abonado: La poda debe ser solo de mantenimiento, retirando hojas secas cuando sea necesario. Para impulsar su floración, aplica un abono ecológico una vez al mes en primavera y verano.
Dale protagonismo a la Lysimachia nummularia en tu hogar
Con estos simples cuidados, tu planta de la Moneda se mantendrá radiante y fuerte, transformando cualquier espacio con su increíble belleza y vitalidad.