Con la inserción de Aníbal Fernández en el ministro de Seguridad de la Nación, volvió a reflotar la discusión de las políticas de derechos humanos en cuanto a la actuación de la policía argentina para frenar los casos de gatillo fácil y los casos de abuso de poder que se ven (y se esconden) a diario en todas las provincias del país.
El nuevo ministro de Seguridad lleva poco más de una semana en su nuevo cargo y ya se puso sobre la mesa nuevamente el debate con respecto a las pistolas táser.
Sobre este mecanismo usado por la policía, Aníbal Fernández consideró que “Argentina no está lista para las táser”, y Patricia Bullrich, exministra de Seguridad, salió al cruce enseguida argumentando lo esperable: dijo que "son como las que usan los chicos, de agua".
Fernández, sin prisa pero sin pausa contestó a esta declaración: “Lo que dice lo dice para llamar la atención. Es su historia, no la mía, no tengo mucho de qué preocuparme. La verdad que, de lo que ella hizo, no hay nada para reflejar, no hay nada que uno pueda ir a buscar". Y añadió:
Hay otras formas de prevenir y las estamos estudiando. Hay otras formas y no necesariamente una pistola de esas características a la que llama 'pistolita de agua'
Fuente: (Revolución Popular).
Sobre su propuesta para las fuerzas de seguridad con perspectiva de derechos humanos dijo: “Están planteando que una solución son las táser y yo tengo una visión muy clara y es no pegarle un tiro a nadie” y para finalizar, fue taxativo:
La táser no es una pistolita de agua, es una pistola que hace daño