Luego de incentivar y convocar a sus seguidores a una manifestación contra la Corte Suprema de Brasil, Jair Bolsonaro dio marcha atrás, en medio de la peor crisis institucional que vive el mencionado país, y aceptó respetar las decisiones del Supremo Tribunal Federal (STF), que lo investiga por varios delitos.
Por medio de una carta, y después de que, durante 48 horas, camioneros cortaran rutas en 15 estados brasileros, el presidente afirmó que nunca quiso agredir a los poderes y dejó en claro su respeto instituciones de la República. En ese contexto, expresó:
Quiero declarar que mis palabras, a veces contundentes, tienen que ver con el calor del momento y los embates que siempre apuntaron al bien común
De esta manera, buscó detener el caos que había generado en el vecino país, con los mercados financieros que lo presionan, una justicia que lo sigue por distintas causas en su contra y un intento de ruptura institucional que podía haber tenido como fin un golpe de Estado.
La ayuda de Michel Temer
En medio de este caos, el presidente Jair Bolsonaro envió un avión a Brasilia para buscar al exmandatario Michel Temer y, juntos, poder encontrar una solución a la crisis institucional que vive el país. Al respecto, Temer, expresó:
Estoy ayudando a pacificar el país. En la llamada de Bolsonaro al juez supremo hubo un anuncio de parte del presidente de que iba a respetar las decisiones. No hubo pedidos de disculpas
Cabe destacar que quienes se mostraron decepcionados por esta decisión fueron los transportistas que estaban apoyando al actual presidente en los cortes de rutas, a quien tildaron de flojo y débil.