Las operaciones políticas están a la orden del día, pero esta vez Juan María Ramos Padilla, juez camarista, tuvo la posibilidad de refutar algunos dichos en el programa de Luis Novaresio.
Ante el cuestionamiento de Novaresio y el chicaneo constante del periodista, Ramos Padilla decidió “ir al hueso” y dijo:
"Yo no transito por las embajadas, y me parece que es un deber de los jueces caminar por los barrios para saber qué le pasa a la gente, para saber por qué hay tanta violencia y por qué las personas reclaman una justicia que no podemos dársela".
Con estos dichos, Ramos Padilla dejó en evidencia las operaciones judiciales con las que se vienen manejando desde la gestión macrista, y arremetió contra ellos: “A mí no me dan órdenes desde la Embajada de Estados Unidos, ni tampoco en la quinta de Olivos como a Hornos y los jueces que ustedes ponderan tanto”. Además, manifestó:
No tengo amigos prófugos como Pepín Rodríguez Simón en el Uruguay, no me asustan las fotitos de las que ustedes tanto hablan
En cuanto a las operetas mediáticas del Grupo Clarín, donde trabaja Luis Novaresio, el juez Ramos Padilla expresó:
Tengo 50 años en el poder judicial y sé muy bien de las operaciones mediáticas como las que hace usted y su grupo de periodistas que son en realidad un partido de oposición
Fuente: (Revolución Popular 2)
La tobillera de Luis D'Elía
La conversación fue subiendo de tono y, ante la pregunta del periodista por la ruptura de la tobillera (que, según él, incumpliría la ley) de D'Elía, Ramos Padilla recordó que, durante los 80, el dirigente social trabajó codo a codo con él para ayudar a jóvenes en situación de consumo y expresó: “Me ayudó mucho a alojar a los chicos”.
Ante la insistencia de la pregunta de Novaresio, Ramos Padilla fue con categórico: “Una correa usada no tiene ningún valor, entonces no hubo ningún delito”.
Fuente: (Agencia DIB)
Los ánimos estaban caldeados, Novaresio reflejaba en su voz nerviosismo y enojo. Ramos Padilla, ofuscado, lanzó: “Le pido que me hable con un poco de respeto, porque a usted nunca lo vi peleando por las libertades públicas”.
Claro que la conversación, que duró más de 12 minutos, terminó de forma abrupta luego de que el periodista así lo decidiera. El juez dejó “picando” una última respuesta: “Vaya, salga corriendo, lea un libro”.