Desde su llegada a la presidencia, Mauricio Macri tuvo vía libre para perpetrar negocios turbios.
La posibilidad de estar de los dos lados del mostrador lo llenó de poder, mucho más que en la década del 90: ahora él tenía el mando, lo que le valió para dar rienda suelta a todo negociado que pudiera imaginar.
Desde El Colectivo conversamos en exclusiva con el diputado Marcelo Koenig; junto con Rodolfo Tailhade, desenmascaran en su libro "Ceocracia" los chanchullos más turbios de la presidencia macrista. En este libro los autores no se quedan en la denuncia, sino que sustentan la investigación con cifras y hechos.
Aquí, en #LaPosta, te contamos todo.
¿Para qué quieren el gobierno los ricos?
La respuesta es sencilla: para aprovecharse del Estado y utilizarlo para sus negocios.
Una vez más, las clases dominantes de Argentina, perpetradas en el poder, ponen al Estado nacional en función de sus propios intereses, generando políticas antipopulares y provocando un claro perjuicio a la clase popular y trabajadora.
Macri, apoyado por los medios masivos de comunicación, nos quiso hacer creer que los pobres son vagos y mantenidos por el Estado. Quisiera preguntarle al señor expresidente si el transporte público a las 5 de la mañana —los subtes, los trenes, los colectivos— van llenos de ricos que viajan hacinados al trabajo.
La respuesta es no. Todos esos trabajadores a los que llamó vagos, por recibir asistencia del Estado, han quedado sin trabajo gracias a las políticas aplicadas durante los gobiernos neoliberales, los mismos gobiernos que le llenaron los bolsillos.
¿Cómo se hicieron ricos los ricos?
En la década del 90 el desguace del Estado estaba en marcha, junto con la destrucción del aparato productivo: "Mediante el sometimiento constante de la soberanía nacional a voluntad de los poderes mundiales dominantes, se le exigió a la Argentina un proceso de privatizaciones, desregulación del mercado, otorgamiento de facilidades para el capital", nos cuenta Koenig.
Los grupos económicos locales, muchos de ellos crecidos, como el grupo Macri, a la sombra de la patria contratista, se transformaron en socios menores del capital transnacional que ingresaba al país para quedarse con todo
Esa es solo la punta del iceberg. Mauricio Macri, con sus empresas y sus aliados desde la década del 90 —y, fundamentalmente, cuando asumió la primera magistratura de nuestro país—, se hizo millonario, dejando un tendal de empresas "cada vez más pobres y endeudadas".
Estas troperías fueron posibles gracias al insustituible rol de la prensa. Los medios hegemónicos y grandes conglomerados de empresas de comunicación no solo omitieron, sino que también operaron como medios de difusión de propaganda, detentando el poder que Estados débiles les delegaban a cambio de protección frente a la opinión pública.
Macri y el hábito de acumular causas judiciales
El expresidente Mauricio Macri, escudado en la impunidad que le han brindado los gobiernos neoliberales de la década del 90 y luego sus propios fueros, ha desarrollado el hábito de acumular causas judiciales.
Tiene más de 200 expedientes de todo tipo y color: vendió una vez más la patria a intereses extranjeros tras 12 años de un camino de desendeudamiento, acosó a los líderes sindicales y populares, se asoció con intereses foráneos en beneficio de sus propios bolsillos, favoreció a sus amigos, propició la disparada del precio del dólar para desestabilizar las elecciones... ¿Hace falta más?