El expresidente argentino Mauricio Macri fue imputado por haberse reunido alrededor de veinte veces con Mariano Borinsky, juez de la Cámara de Casación Penal. Se lo acusa de haber tenido injerencia en las determinaciones judiciales del tribunal contra el kirchnerismo.
La fiscal federal Alejandra Mangano decidió realizar una investigación para desentramar si las reuniones entre Macri y Borinsky fueron influyentes en las decisiones de la Cámara de Casación Penal. Mangano exigió medidas de prueba que ahondaran en dichos encuentros.
El poder judicial busca determinar si existió "un mecanismo sistemático de manipulación política de causas penales". El sistema corrupto se habría edificado mediante las asociaciones entre —por lo menos— Mauricio Macri, Mariano Borinsky y el fiscal Gustavo Hornos.
La fiscalía señaló, en una reivindicación de las palabras de los denunciantes, que tales encuentros no fueron inscriptos en el Registro Único de Audiencias del Ministerio del Interior de la Nación y que habrían ocurrido en fechas estratégicas, durante las vísperas de resoluciones de casos que tramitaba la cámara.
No es poco habitual que Mauricio Macri sea imputado por causas de corrupción, una corrupción que su poder mediático insiste en invisibilizar a través de eufemismos. Macri, en 2015, asumió la presidencia de la Nación con 214 procesamientos encima.