El Producto Bruto Interno (PBI) argentino tendrá una tasa de crecimiento del 7,5 % este año, según el Banco Mundial (BM), y de 8 %, conforme a las proyecciones del Gobierno nacional.
Para 2022, el augurio del BM es que el PBI del país crezca un 2,6 %, y la estimación del presupuesto nacional indica que Argentina tendrá un incremento del PBI del 4 % el año que viene.
Los cálculos del BM se alinean con los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estableció un crecimiento aproximado del 2,7 % para Argentina en 2022. Sin embargo, la próxima semana actualizará sus números.
William Maloney, economista del BM jefe para América Latina, opinó que la Argentina debía avanzar en el acuerdo con el FMI y "aclarar las expectativas" en el corto plazo. Maloney señaló el alto nivel inflacionario.
El economista considera que Argentina necesita reformas y reducción de subsidios energéticos, es decir, ajuste presupuestario. Pero esta demanda de reformas estructurales es favorable para el FMI, no para el país.
Detrás de la máscara de "medidas para reducir la pobreza", que sostiene el BM de la boca para afuera, está su verdadera esencia: reducir el gasto público y achicar el Estado para darles libre albedrío a las empresas. Pero la libertad empresarial no garantiza fuentes de trabajo.
Los ajustes y recortes son señalados por dirigentes del BM como "hacer más eficiente la asignación del gasto". En concreto, William Maloney propuso que la región recortara un 4 % del PBI.
"Tenemos que hacer nuestras industrias más competitivas y con mejores tareas para nuestros trabajadores y definir cómo nos insertamos en el mercado mundial", expresó el economista de BM. En criollo, quiere decir flexibilización laboral.