Hay plantas que, con su sola presencia, transforman cualquier espacio en un espectáculo visual, y la Canna Indica es sin duda una de ellas. También conocida como Caña de Indias o Achira, es una de esas maravillas botánicas que solemos ver en jardines y parques sin darnos cuenta de su increíble potencial decorativo.
Sus hojas enormes y colores intensos son su sello distintivo. Podés encontrarla en tonalidades verdes, púrpuras, rojas o incluso variegadas, contrastando con sus llamativas flores en tonos rojo, naranja o rosa, que añaden aún más belleza a esta planta tropical.
Originaria del sur de América, la Canna Indica es una planta perenne que, bajo condiciones adecuadas, puede crecer hasta tres metros de altura, desplegando un follaje espectacular. Sus hojas, al desarrollarse, parecen desenrollarse poco a poco hasta alcanzar su tamaño final, lo que añade un toque exótico y fascinante.
Si querés tener esta maravilla en casa, es importante conocer los cuidados que garantizarán su esplendor durante todo el año. ¡Tomá nota!
Los cuidados esenciales para una Canna Indica saludable
Luz: Necesita pleno sol para crecer con fuerza. Aunque puede adaptarse a la semisombra, su crecimiento será más lento. Asegurale al menos cuatro horas de luz directa al día para un desarrollo óptimo.
Temperatura: Como planta tropical, adora el calor. Tolera un amplio rango de temperaturas, pero no resiste el frío extremo. Si vivís en un lugar con inviernos duros, lo mejor es plantarla en maceta y protegerla del frío.
Suelo: Debe ser fértil, suelto y húmedo. Antes de plantarla, enriquecé la tierra con compost para aportarle los nutrientes necesarios.
Abono: Fundamental para potenciar su floración. Aplicá fertilizante desde la primavera hasta el verano, idealmente un abono especial para plantas de flor.
Riego: Mantener un riego regular y moderado es clave. No soporta el exceso de agua, pero en los días calurosos, necesitará más hidratación.
Propagación: Si querés multiplicarla, tenés dos opciones: por semillas en primavera o por rizomas en otoño. Para esta última técnica, desenterrá los rizomas y separalos, luego plantalos en macetas o en suelo con una distancia de 20 centímetros entre cada uno.
Un espectáculo natural que regresa cada primavera
Si decidís cultivar tu planta de Canna Indica en el exterior, no te preocupes si desaparece con la llegada del frío: su rizoma permanece vivo bajo tierra, y con la primavera, volverá a brotar con todo su esplendor.