Dentro del fascinante universo de las suculentas, hay una que se lleva todas las miradas: la Senecio peregrinus, más conocida como Planta Delfín. ¿La razón? Sus hojas carnosas tienen la forma perfecta de pequeños delfines saltando del agua. ¡Es como tener un océano verde en miniatura sobre la maceta!
Con su estética encantadora y su facilidad de mantenimiento, esta suculenta se convirtió en la favorita de coleccionistas y amantes de las plantas exóticas. Ya sea en una estantería, colgando en una maceta o decorando el jardín, la Planta Delfín aporta frescura, color y una cuota de ternura donde la pongas.
¿Qué hace tan especial a esta suculenta?
Hojas con forma de delfín: su silueta única parece salida de un cuento marino.
Color verde vibrante: atrapa la luz y la mirada.
Floración primaveral: en los meses más cálidos, regala flores blancas diminutas que realzan su belleza.
Consejos esenciales para que tu Planta Delfín crezca feliz
Riego inteligente: solo cuando el sustrato esté completamente seco. Nada de excesos de agua: el encharcamiento es su peor enemigo.
Sustrato con buen drenaje: mezclas con perlita, arena o grava son ideales para mantener sus raíces aireadas.
Luz en su justa medida: preferí un lugar de media sombra al aire libre o muy iluminado en interiores, evitando sol directo.
Temperaturas suaves: no tolera las heladas. En épocas frías, lo mejor es resguardarla en espacios templados.
Esta pequeña joya botánica no solo es fácil de cuidar, sino que también es una excelente opción para quienes están dando sus primeros pasos en el mundo de las suculentas. ¿Te animás a sumarla a tu colección?