Si hay una planta que merece el título de imprescindible en cualquier espacio verde, esa es la calibrachoa. Su capacidad de floración continua, su resistencia y su variada paleta de colores la convierten en una verdadera joya de la jardinería.
No solo aporta un encanto visual incomparable, sino que también es sorprendentemente fácil de cuidar, adaptándose a diferentes entornos con elegancia y vitalidad. Ya sea en una maceta colgante, una jardinera o como cubierta vegetal, esta pequeña pero poderosa planta llenará tu hogar de vida y color durante todo el año.
Emparentada con la petunia, pero con flores más pequeñas y numerosas, la calibrachoa es un espectáculo visual con su amplia gama de colores, desde el amarillo brillante hasta el azul profundo. Originaria de Sudamérica, su naturaleza rastrera la hace ideal para cestas colgantes y macetas decorativas.
Guía de cuidados
Ubicación ideal
Para que florezca en todo su esplendor, colócala en un lugar con sol pleno o semisombra. Necesita al menos seis horas de luz diaria para ofrecer una floración abundante. Prefiere climas cálidos, entre 15 y 30°C, y es sensible a las heladas, por lo que en invierno lo mejor es protegerla o cultivarla como anual.
Riego y sustrato
Riego: Moderado y constante, evitando el encharcamiento. Riega cuando la superficie del sustrato se vea seca.
Sustrato: Ligero y bien drenado, con mezcla de turba, perlita y compost para evitar la acumulación de agua. pH ideal: 5.5 - 6.5.
Nutrición y mantenimiento
Abono: Cada dos semanas con fertilizante soluble en agua o de liberación lenta para potenciar la floración.
Poda: Retira flores marchitas y recorta tallos largos para mantenerla compacta y estimular nuevas flores.
Plagas y enfermedades
Es resistente, pero pueden aparecer áfidos, arañas rojas o mosca blanca, que puedes combatir con insecticidas orgánicos. Evita el exceso de humedad para prevenir hongos como el mildiú.
En conclusión, siguiendo estos cuidados básicos, podrás disfrutar del encanto sin complicaciones de esta preciada planta y no olvides que si buscas una planta que transforme tu espacio con alegría y frescura, la calibrachoa es, sin duda, una apuesta segura.