Vivimos más años, pero ¿vivimos mejor, con dignidad ? La creciente esperanza de vida en Argentina, y el mundo, nos confronta con una realidad: no todos llegan a la vejez con recursos financieros asegurados. Esto plantea un desafío urgente para nuestra sociedad.
Queremos desmitificar que la dignidad en la vejez es sinónimo de riqueza. La dignidad es un derecho inherente, cimentado en el respeto, la autonomía, la valía personal y la capacidad de participación. Es la esencia del ser humano, inalterable por el tamaño de la cuenta bancaria. Abordar cómo la vejez puede ser vivida con dignidad a pesar de la ausencia de dinero no es solo una cuestión ética. Es una necesidad social y de salud pública. Ignorarlo tiene costos humanos y sistémicos altísimos.
La familia y los amigos son el primer bastión de la dignidad en la vejez . Su apoyo emocional y práctico es invaluable, creando un colchón humano que el dinero no puede comprar. Involucrarse en centros de jubilados, grupos de voluntarios o vecinales es clave. Aportar y recibir de la comunidad fortalece el sentido de propósito y pertenencias, elementos vitales para una vejez con dignidad.
La experiencia acumulada en la vejez es un tesoro. Ofrecerse como mentor o voluntario permite seguir aportando valor, manteniendo un rol activo y respetado en la sociedad.
El Rol de la Sociedad y las Instituciones:
1- Es imperativo que el Estado asegure pensiones y subsidios que permitan una vejez con las necesidades básicas cubiertas. La dignidad es un derecho.
2- La accesibilidad en el transporte, la vivienda y los servicios de salud debe ser una prioridad para que la vejez no se convierta en una barrera para la participación social y la dignidad.
3- Las empresas tienen un rol en apoyar a los mayores, ya sea a través de programas de voluntariado o patrocinando iniciativas para la tercera edad. Desarrollar productos y servicios grandes para mayores y fomentar su contratación, valorando su experiencia y conocimiento, es una forma de contribuir a su dignidad .
4- Debemos cambiar la narrativa. La vejez no es una carga, sino una etapa de la vida con sabiduría y potencial. Fomentar una cultura de respeto y valoración es fundamental para que la dignidad de los mayores sea reconocida.
Imaginemos un futuro donde la vejez sea vista, en Argentina y en el mundo, como una etapa de plenitud y respeto, un testimonio de dignidad inquebrantable, sin importar la situación económica. Que la dignidad en la vejez no está supeditada al capital financiero. Es un derecho alcanzable a través de la proactividad individual, el apoyo incondicional de la comunidad y políticas públicas justas y comprometidas