Si eres de los que disfrutan de un hogar repleto de flores, ¡la prímula se convertirá en tu favorita! Esta planta no solo es fácil de cuidar, sino que también tiene colores hermosos que la hacen única y llamativa.
Conocida también como primavera de jardín, la prímula pertenece a la familia de las primuláceas. Aunque es originaria de China, hoy en día se encuentra en todo el mundo, embelleciendo cualquier rincón con sus vistosas flores. Su pequeño tamaño y su capacidad de adaptación la convierten en una opción ideal tanto para interiores como exteriores.
Cuidados necesarios
Para que tus prímulas prosperen y luzcan radiantes, es importante seguir algunos cuidados esenciales. Estas plantas disfrutan de un ambiente similar al de un bosque, por lo que es mejor plantarlas en áreas sombreadas con suelo bien drenado y rico en materia orgánica. Si decides plantar varias, asegúrate de mantener una distancia de 15 cm entre ellas. También puedes cultivarlas en macetas, siempre y cuando el sustrato sea el adecuado.
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El riego debe ser moderado durante el verano para mantener el suelo húmedo, mientras que en invierno se puede reducir la frecuencia. Es crucial evitar el encharcamiento, ya que podría dañar las raíces. Además, la prímula necesita ser fertilizada con un abono orgánico durante la temporada de crecimiento. Aplica el fertilizante en pequeñas cantidades pero con frecuencia para que crezcan sanas y fuertes.
Para mantener las flores radiantes, retira regularmente las hojas y flores marchitas. Esto estimulará la formación de nuevas flores. La temperatura ideal para que la prímula florezca está entre los 14 y 20°C.