Tener en casa puertas o ventanas de metal con zonas oxidadas puede dar una apariencia descuidada y carente de mantenimiento. Pero lo más preocupante es que este problema puede empeorar y causar un deterioro irreversible sino efectuamos una limpieza a tiempo.
¡No te preocupes más! Aquí te traemos un truco de limpieza increíblemente efectivo que utiliza ingredientes económicos que seguramente ya tienes en casa. ¡Tus puertas y ventanas quedarán como nuevas sin productos químicos!
Truco 1: Sal y limón, la dupla mágica
El primer truco consiste en rociar con sal toda la zona oxidada y luego añadir jugo de limón. Deja actuar esta mezcla por algunas horas. Luego, frota con un cepillo de dientes para remover el óxido y limpia la superficie con un paño limpio. ¡Verás cómo desaparece el óxido como por arte de magia!
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Truco 2: Vinagre, el héroe inesperado
El vinagre es otro aliado poderoso contra el óxido. Simplemente sumerge un paño en vinagre y colócalo sobre la zona afectada durante al menos dos horas. Después, retira los residuos con un paño limpio. ¡El metal recuperará su color original y lucirá como nuevo!
Truco 3: Bicarbonato de sodio, el gran aliado de la limpieza
El bicarbonato de sodio es conocido por su efecto abrasivo, capaz de eliminar hasta las manchas más difíciles, incluyendo el óxido. Prepara una mezcla cremosa de bicarbonato y agua, aplícala sobre las áreas oxidadas y frota con un cepillo de dientes en desuso.
Finalmente, termina la limpieza retirando los restos con un paño seco y limpio. ¡Tus puertas y ventanas volverán a brillar como antes!