¿Quieres darle vida a tu hogar y añadir un toque único a la decoración? Las suculentas son la respuesta. Estas plantas, con su cuidado mínimo y colores preciosos, son ideales para cualquier rincón. Y entre todas las opciones, la Planta del Rosario se roba el protagonismo.
Originaria de Sudáfrica, esta suculenta pertenece a la familia de las asteráceas. Sus hojas esféricas, de un verde claro vibrante, se asemejan a las uvas. Pero lo que realmente la hace especial son sus hermosas flores blancas, que aparecen cuando las condiciones son óptimas.
¿Cómo cuidarla para que florezca todo el año?
1. Iluminación: La Planta del Rosario adora la luz indirecta. Colócala cerca de una ventana sin que los rayos del sol la alcancen directamente. Así evitarás que se queme.
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2. Riego: Al igual que otras suculentas, esta planta no tolera el exceso de humedad. Asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje y riega solo cuando el suelo esté completamente seco.
3. Abono: Si quieres potenciar la producción de flores, aplica fertilizante en primavera y verano. Pero aquí viene el truco: utiliza sobras de café. Sí, has leído bien. Coloca las sobras secas en un recipiente de vidrio bien cerrado. Luego, esparce café sobre la planta y riega como de costumbre. El sustrato absorberá los nutrientes y tu Planta del Rosario te lo agradecerá. Recuerda también retirar los tallos secos para un crecimiento saludable.
Si sigues estos consejos, tu planta suculenta del Rosario crecerá lozana y fuerte, brindando tuda su belleza y frescura.