El Aeonium tabulaeforme es, sin duda, una joya del género de las suculentas, destacándose por su aspecto singular. Para los coleccionistas, esta planta es una verdadera maravilla.
Originaria de las Islas Canarias, esta suculenta posee un aspecto único. Su cualidad más llamativa es que puede producir cerca de 200 hojas sin necesidad de un tallo grueso y extenso. ¡Increíble, ¿verdad?!
La especie se caracteriza por su peculiar roseta aplastada, con muchas hojas de forma espatulada superpuestas, de color verde y con márgenes poblados de finos y suaves pelos blancos. ¡Una verdadera postal digna de admirar!
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Cuidados
Para que esta suculenta luzca siempre sana y fuerte, necesita algunos cuidados esenciales. Es fundamental que crezca en un sitio bien iluminado y con una temperatura adecuada, ya que no tolera los veranos calientes y húmedos. Si los bordes de la Aeonium tabulaeforme se tornan amarillos y sus hojas lucen un color marrón opaco, es señal de que el lugar es demasiado cálido para ella.
Si decides cultivarla en el exterior, asegúrate de que el ambiente no tenga heladas extremas. En unas pocas semanas, ¡podrás verla crecer hasta 30 centímetros de diámetro!
Riego
En cuanto al riego, esta especie almacena líquido en sus hojas, por lo que basta con una hidratación semanal durante la primavera y el verano. El resto del año, solo necesita riego cada 10 días para crecer exitosamente.
Sustrato
Recuerda que, como toda suculenta, el Aeonium tabulaeforme precisa de un sustrato bien drenado para prevenir encharcamientos. Además, puedes aplicarle un abono desde la primavera hasta el inicio del otoño para potenciar su crecimiento.
Estos cuidados son fundamentales para que la planta florezca. ¡Y qué espectáculo es ver la espiga de la flor brotar desde el centro de la roseta plana, alcanzando hasta 30 centímetros de altura!
Reproducción
Dado que esta especie es tan especial para cualquier colección, muchos buscan multiplicarla de todas las maneras posibles. Puedes reproducir el Aeonium tabulaeforme mediante sus hojas maduras y carnosas.
Sin embargo, el método más efectivo es a través de las rosetas de la versión crestada de esta suculenta, que producen una buena cantidad de hijuelos, facilitando la multiplicación de esta preciada especie.