El té blanco, es una infusión que destaca por ser una de las variedades de té menos procesadas, ya que se elabora a partir de las yemas de las hojas del té. Esta bebida destaca por su sabor suave, notas florales y por su diversos beneficios que proporciona a la salud.
La popularidad del té blanco ha aumentado considerablemente en los últimos años, gracias a su riqueza en antioxidantes y minerales como el flúor y el potasio. Contiene además pequeñas cantidades de cafeína, menores que las presentes en el té negro.
En relación a sus antioxidantes, esta bebida aporta catequinas, que es un compuesto que combate los radicales libres que contribuyen al envejecimiento y reducen la inflamación crónica que genera enfermedades como la artritis o afecciones cardiacas.
Algunos estudios sugieren que esta infusión puede mejorar la función cognitiva y proteger al cerebro del envejecimiento, además, estimula el sistema inmunológico para combatir infecciones y fortalecer las defensas naturales del cuerpo.
Además, de proporcionar beneficios al organismo, también cooperan con la salud bucal. Esta infusión tiene propiedades antibacterianas que previenen la formación de placa dental y caries. Además inhiben el crecimiento de bacterias que causan enfermedades periodontales.
A diferencia de otros té, para aprovechar de sus beneficios y delicado sabor se recomienda que esta infusión se prepara con agua a una temperatura de 70 a 80 grados celsius y dejar reposar las hojas de este té durante dos a tres minutos.