El bonsai no era una especie de planta, sino que es una técnica de cultivo para cualquier árbol. Se trata de un arte milenario de la naturaleza, que consiste en cultivar árboles en macetas controlando su crecimiento.
Es decir, estos árboles se caracterizan por ser réplicas de árboles normales. Existen muchos estilos de bonsái, entre ellos el kengai, que es en cascada con las ramas cayendo debajo de la maceta; o el Hokidachi que tiene ramas extendidas horizontalmente.
Los cuidados del bonsai implica un riego constante, debido a que las raíces son pequeñas y se suelen secar. Este árbol debe ser abonado cada dos a cuatro semanas para obtener los nutrientes necesarios para su crecimiento.
Además, es necesario realizar una poda para controlar el crecimiento del árbol y cada dos a cinco años se debe realizar un cambio de maceta para renovar el sustrato y controlar el crecimiento de las raíces.
Es importante prestar atención a las necesidades del bonsai a través de sus señales, como el color de la hoja, aspecto del sustrato o caída de hojas. De acuerdo a esas señales, debes adaptar tus cuidados.
Por lo tanto, la longevidad de un bonsai dependerá de los cuidados que le apliquen. Sin embargo, las especies como los pinos o los juniperos son más longevas que otros árboles.