Si bien el sabor de la carne poco cocida es apreciado por muchos, la seguridad alimentaria debe ser una prioridad. Cocinar la carne a la temperatura adecuada es fundamental para prevenir enfermedades.
Por lo tanto, no se debe consumir carne cruda debido a la presencia de bacterias como Salmonella y E. coli, así como de parásitos como la tenía. Estos microorganismos pueden causar afecciones graves y se encuentran comúnmente en carnes mal cocidas, especialmente en cerdo y res
Los síntomas de contraer alguna enfermedad por el consumo de carne semi cocida son: Náuseas, vómitos, calambres abdominales, diarrea y fiebre. En casos graves, la afección puede necesitar una atención médica.
Existen cortes de carne más seguros para evitar una intoxicación. En el vacuno, se recomienda cortes de lomo, bife de chorizo y entraña; en carne aviar, se sugiere pechuga, muslo; y, en porcino, se debe consumir el lomo y bondiola.
Otra manera de obtener un consumo seguro de carne semi cocida, es el sellado correcto a una temperatura alta antes de cocinarla a un punto medio, por lo tanto, se reduce el riesgo de contaminación bacteriana.
Por último, para consumir carne semi cocida de una manera segura es fundamental una higiene adecuada: lavado de manos antes y después de manipular la carne, tablas para cortar carnes crudas y otra para carnes cocidas, y guardar la carne en la parte más fría del refrigerador.