El jengibre es una planta con rizoma conocida por su alto poder nutricional y su versatilidad en la cocina. Su consumo ha ganado popularidad en los últimos tiempos, especialmente en forma de té.
El té de jengibre se caracteriza por su sabor picante y especiado, a diferencia de otras infusiones. Este sabor distintivo lo hace fácilmente reconocible. Además, su facilidad de adquisición lo convierte en una bebida accesible para todos.
Se recomienda consumir la infusión entre dos a tres veces al día, y no exceder de esa cantidad recomendada para no ocasionar efectos secundarios, como acidez o dolor estomacal.
Los beneficios de esta infusión son múltiples. Alivia las náuseas y vómitos; reduce la inflamación, mejora la digestión y la producción de jugos gástricos; fortalece el sistema inmunológico; y regula el azúcar en la sangre.
Aquel aporte a la salud, se debe a que la infusión contiene: propiedades antiinflamatorias como los gingeroles y shogaoles; propiedades antieméticas que actúan en el sistema nervioso central y digestivo; y, anti bacterial, anti virales.
Asimismo, al té de jengibre se le atribuye la capacidad de favorecer la pérdida de peso, y se debe a su efecto termogénico, que permite que el cuerpo queme más calorías, aun en reposo y además, reduce el apetito, por ser saciante.