El té rojo es una bebida milenaria de origen chino. Su fama se debe a su sabor robusto, un poco ahumado que lo distingue de otras infusiones y, proporciona múltiples beneficios.
Esta infusión asiática se compone de vitaminas B, C y D, y minerales, entre ellos: potasio,el cual regula la presión arterial; magnesio, que favorece la fusión nerviosa; calcio, esencial para fortalecer los huesos; y fósforo, que participa en la producción de energía para los músculos.
Asimismo, esta infusión ha tomado popularidad por su poder adelgazante, ya que permite estimular el metabolismo y quemar las grasas; además, tiene un poder digestivo que alivia los problemas estomacales y promueve la secreción de jugos gástricos.
Además, sus propiedades antioxidantes y flavonoides permiten la formación de células T, que es el principal componente del sistema inmunológico, por ende, refuerza las defensas del organismo frente a infecciones y enfermedades.
Existen dos tipos de té rojo que puedes adquirir en cualquier dietética o supermercado del país. El primero, llamado Shou Pu-erg es un rojo fermentado de manera artificial; y el segundo, Chen Pu-erh que es fermentado de manera natural durante más de dos años.
A pesar de sus cualidades, el té rojo está contraindicado en personas: con ansiedad, debido a que contiene teína; embarazadas; con anemia, ya que su compuesto limita la absorción de hierro; y con problemas de coagulación y renales.