La alcachofa es un tesoro natural de origen Mediterráneo. No solo se conoce por su buen sabor sino también por sus propiedades medicinales, que lo convierten en un remedio natural del hígado.
Este beneficio a tu organismo se debe a que este fruto contiene cinarina, que es un compuesto que genera la producción de bilis, un fluido del hígado que digiere las grasas y elimina toxinas en el organismo.
Asimismo, Verdura contiene sili y marina, que es un nutriente que protege las células del hígado del daño oxidativo causado por toxinas y radicales libres, por ende, previene enfermedades como la cirrosis o hepatitis.
Eso no es todo, la alcachofa es una fuente de fibra que regula el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Además, genera sensación de saciedad lo cual es esencial para evitar el sobrepeso.
No cabe duda su potencial para evitar problemas hepáticos, ya que, también contiene potasio, que es un mineral que regula la presión arterial y elimina el exceso de sodio; y, sus antioxidantes desechan los radicales libres que dañan las células del hígado.
Además de los beneficios al hígado, la alcachofa también puede regular el colesterol, controlar el azúcar de la sangre, fortalecer el sistema inmunológico y ser un producto natural diurético que combate la retención de líquidos.