Dependiendo en qué parte del mundo nos encontremos, podremos encontrar esta receta con el nombre de bizcocho de soletilla, masitas de vainillas, melindros, lady fingers o biscuits. El día de hoy les traemos una versión especial de consistencia liviana, esponjosa y se destaca porque no posee manteca ni aceites entre sus ingredientes.
Ideales para la hora del té, o para realizar postres emblemáticos como el tiramisú. Anímate a hacer esta receta súper fácil y económica qué te llevará 30 minutos de preparación y sorprende a todos con estas vainillas caseras riquísimas para disfrutar en cualquier ocasión.
Ingredientes
4 Huevos
100 gramos de azúcar
100 gramos de harina 0000
1 Cucharadita de esencia de vainilla
Azúcar y agua
Modo de elaboración
Comenzamos la elaboración de nuestras vainillas caseras colocando en un bol las yemas con la esencia de vainilla y batimos enérgicamente por unos minutos y agregamos 2 cucharadas de azúcar, continuamos batiendo hasta formar una crema blanquecina.
Elegimos otro recipiente profundo y batimos las claras hasta lograr una espuma sostenida y firme una vez lograda esa consistencia comenzamos a agregar el resto del azúcar en forma de lluvia, hasta que se integre todo muy bien.
A continuación tamizamos la harina tres veces, aunque parezca excesivo es necesario para poder lograr la consistencia característica de las vainillas de liviandad y esponjosidad.
En el bol donde batimos las claras, agrega las yemas de forma envolvente, y una vez que está integrado sumamos la harina tamizada también con movimientos envolventes. Lo importante es lograr una masa ligera y homogénea que luego colocaremos en una manga, con boquilla circular o si elegimos una manga descartable cortamos la punta pequeña.
Sobre una placa forrada con papel manteca, formamos las vainillas del tamaño que deseemos e inmediatamente espolvoreamos con azúcar y rociamos con unas gotas de agua.
Por último llevaremos a un horno precalentado a 180° entre 10 y 15 minutos aproximadamente o hasta que notemos que están doradas. Pasado ese tiempo y antes de que se enfríen la sacamos de la fuente para horno y colocamos en una bandeja hasta que se enfríen y a disfrutar de estas deliciosas vainillas caseras.
Origen de las vainillas
Un clásico de la repostería mundial de origen francés y concebidos como bizcochos de soletilla, remonta su creación al siglo XV en la corte del duque de saboya y en ocasión de agasajo para el rey de Francia.
Un bizcocho dulce esponjoso y de forma alargada y plana con sus extremos redondeados es la característica principal de esta creación.
Es la base de numerosos postres cómo el tiramisú y la Carlota y sus nombre varía dependiendo del lugar en el que se lo realice. Es así qué en España se lo conoce como bizcochos de soletta o de soletilla por su parecido con la forma de una suela de zapato.
En Costa Rica se lo denomina dedos de señora al igual que en varios países de habla inglesa en su versión lady finger.
Lo cierto es que no importa como se la denominemos, la consistencia esponjosa y deliciosamente dulce de su receta, nos da como resultado a las vainillas más suaves, la compañía ideal para desayunar o merendar en cualquier lugar del mundo.