¿Quieres darle un toque mágico a tus espacios con plantas? Las kokedamas son la respuesta. Estas esferas de musgo y sustrato, que albergan plantas sin necesidad de macetas, se han convertido en una tendencia fascinante que no puede faltar en la decoración.
Originarias de Japón, las kokedamas son más que simples arreglos florales; son joyas vivas que añaden belleza y conexión con la naturaleza a tu hogar y que mejoran sobremanera el estilo de decoración natural que has elegido para los ambientes de tu vivienda.
¿Cómo hacer tus propias kokedamas?
1. Elige tus plantas: Orquídeas, helechos, suculentas, cintas… ¡las opciones son infinitas! Busca plantas de crecimiento lento y raíces no muy extensas.
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2. Reúne los materiales: Turba, sustrato para bonsáis (akadama), arcilla, arena, musgo sphagnum, fibra de coco (opcional), hilo de algodón y tijeras.
3. Modela la bola de kokedama: Mezcla sustrato con turba y arena. Haz una bola compacta y redonda. Mantén la humedad para oxigenar la tierra.
4. Enraíza la planta: Introduce la planta en el centro de la bola. Añade más sustrato hasta que las raíces no sean visibles desde afuera.
5. Envuelve con musgo: Humedece el musgo y envuelve la bola. El musgo mantendrá la humedad y dará un toque especial a tu kokedama.
6. Sujeta con hilo de algodón: Dale vueltas como si tejieras una telaraña. ¡La esfera estará lista para lucirse en recipientes o cuélgalas en ganchos!
Cuidados para mantener la magia verde
¿Quieres que tus kokedamas luzcan exuberantes y llenas de vida? Te desvelamos los cuidados diarios para que estas bolas de musgo se conviertan en auténticas joyas botánicas.
Protegelas del sol directo
Las kokedamas son como delicadas hadas verdes. No las expongas al sol directo; sus hojas podrían quemarse y el musgo secarse. Busca un rincón con luz indirecta y deja que su magia florezca.
Riego con sensatez
Si sientes que las has regado demasiado, no aprietes la bola para escurrir el agua. Deja que drene naturalmente. Estas bellezas saben autorregularse. ¡Confía en ellas!
Rocío refrescante
Si vives en un clima seco, rocía sus hojas con cariño. Pero ten cuidado: solo cuando estén fuera del alcance del sol. Así evitarás que se pongan amarillas y mantendrás su frescura.
Técnica de inmersión o bandeja
Cuando llegue el momento de regar, elige tu estilo: inmersión o bandeja. Ambas funcionan. Solo espera a que el musgo esté un poco seco. ¡Y listo!
Espero que este artículo te inspire a cultivar y cuidar tus kokedamas con amor y dedicación y verás que su descomunal belleza se convertirá en el centro de atención de la decoración de tu hogar.