La base de maquillaje es un aliado de belleza y se ha convertido en un imprescindible de nuestro neceser. En el mercado podrás encontrar diferentes colores y texturas que se adecuan a tu rostro.
No cabe duda que existe una amplia oferta de bases, por lo mismo es necesario que antes de comprar el producto identifiques tu tipo de piel.
Pieles grasas: se aconseja elegir bases con un acabado empolvado y matificante.
Piel normal o seca: pueden escoger las bases líquidas o fluidas.
Según su textura tenemos varias opciones, entre ellas, la fluida o líquidas que tiene la ventaja de fundirse de manera fácil en la piel y lograr un tono unificado; las bases compactas ofrecen una cobertura más natural, y aporta menos luminosidad; y, por último, la bases mousse que son ligeras y no cubren mucho, generando una apariencia natural.
Elegir el color es un gran desafío. Los maquilladores profesionales sugieren que, si no conoces tu tono correcto, debes escoger una base más clara, ya que puedes subir el tono con polvos bronceadores.
El truco para escoger un color perfecto es elegir uno que sea similar a nuestra tonalidad de piel. Por lo tanto, al asistir a un centro de cosmética prueba sobre tu mano tres tonos intermedios de base y escoge el que mejor se funda.
Por último, si tu rostro no es de un color uniforme puedes escoger dos tipos de tonos de base, uno para cada área. No olvides que luego de aplicar tu maquillaje debes añadir un poco de protector para mantener tu piel saludable y protegida.