El anhelo de muchos entusiastas de la cocina y las infusiones es tener una planta de laurel propia, y aunque existen diversas técnicas para cultivar un árbol robusto, hay una que los expertos recomiendan por encima de todas.
Contrario a la creencia popular de que las semillas son el camino a seguir, los conocedores del tema afirman que el uso de esquejes es la estrategia más efectiva, especialmente si aspiras a tener un laurel de gran tamaño.
Es cierto que este proceso exige un compromiso serio y mucha paciencia, pero los esquejes ofrecen una promesa de éxito. Además, hay otros consejos esenciales que debes considerar para alcanzar tu meta.
Selecciona ramas laterales rectas y jóvenes, identificables por su tonalidad rojiza y un grosor que no supera al de un lápiz. Estas deben medir entre 20 y 25 centímetros de largo.
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A continuación, retira las hojas de la parte inferior de la rama escogida, dejando al menos tres en la cima. Prepara la maceta con sustrato y, si está seco, humedécelo ligeramente con agua.
Usa un lápiz para hacer un orificio en la tierra y coloca el esqueje cuidadosamente, evitando que toque el fondo. Puedes plantar más esquejes alrededor si lo deseas.
Para finalizar, asegura el esqueje presionando el sustrato con tus dedos y riega la tierra para que se asiente. Ubica la maceta en un lugar cálido, entre 20 y 26 grados, sin corrientes de aire y con buena iluminación, pero sin exposición directa al sol. Siguiendo estos trucos sencillos, en poco tiempo podrás maravillarte con una planta de laurel grande y robusta.
Propiedades del Laurel
Según "Nutrición y farmacia", el laurel es un arbusto con propiedades medicinales que favorecen la salud. Sus hojas son una fuente rica de fibra, calcio, hierro, potasio y vitamina A.
El mismo sitio destaca las virtudes medicinales del laurel, resaltando su eficacia como antiinflamatorio, expectorante, diurético y antioxidante. Estas son razones de peso para querer tener tu propio laurel en casa, listo para usar en cualquier momento.