El Yoga es una práctica que nació en la India hace más de 4.000 años y que según los expertos, cambia positivamente la vida de aquellos que lo practican. El impacto de esta práctica milenaria es notorio tanto en la salud mental como física. Lo aconsejable para que los beneficios se hagan presentes es realizar la actividad al menos dos veces por semana.
La idea es conectar el cuerpo, mente y emociones a través de la respiración y de las diferentes posturas corporales y todas las personas, sin importar su edad, pueden realizarlo, simplemente es cuestión de poner el cuerpo en acción. Además, puede realizarse en cualquier lugar sin demasiados preparativos previos.
El yoga suele cautivar a aquellas personas que lo practican, es una actividad que podría ubicarse entre deportiva y de meditación, en un punto intermedio entre ambas. Hecha está breve introducción, veamos algunos de los beneficios de practicar esta noble actividad.
Reduce el estrés y la ansiedad
Según un estudio realizado por la Universidad de Massachusetts, la práctica habitual del yoga no ayuda a controlar la ansiedad y a bajar el estrés de forma natural.
Ayuda a dormir mejor
Otro de los estudios que se realizaron alrededor del yoga, indica que las personas que realizan esta actividad logran conciliar de mejor manera el sueño incrementando el número de horas que duermen en promedio. Además, al ser consultados al día siguiente, la sensación de descanso es más notoria.
Reducción del colesterol
Al combinar movimiento y relajación, el yoga contribuye a equilibrar el sistema nervioso. La práctica habitual colabora para controlar la presión arterial y la acumulación de la grasa en las arterias.
Terapia antienvejecimiento
Estudios recientes aseguran que el yoga y la meditación ayudan a proteger el ADN de los daños causados por la rutina diaria. Por otro lado, el yoga es capaz de reducir la edad biológica ya que tiene incidencia directa sobre la telomerasa.
Ayuda a aliviar dolores crónicos y posturales
Dolor de cuello, artritis reumatoide, lumbalgia, dolor de espalda y de cintura. Todos ellos pueden disminuir con una práctica adecuada y adaptada para cada caso. Es vital contar con un buen maestro para evitar lesiones y para que nos ayude a atacar la dolencia en particular.