¿Quién dijo que la felicidad no se puede hornear? Hoy te traemos una receta turca que transformará tus desayunos y meriendas en momentos de pura dicha.
No te dejes engañar por su simplicidad; estos bollos son una obra de arte culinaria que requiere amor y paciencia. Pero te prometemos que el resultado de esta receta será un festín para los sentidos. ¡Embárcate en esta aventura gastronómica y deja que el encanto oriental conquiste tu cocina!
Ingredientes:
300 ml de leche tibia, como un abrazo matutino.
100 gramos de azúcar, para endulzar tu día.
8 g de levadura seca, el secreto de la esponjosidad.
2 huevos completos + 1 clara, para unir todo con amor.
20 ml de aceite vegetal, la suavidad en cada bocado.
550 g de harina de trigo, la base de la magia.
1/2 cucharadita de sal, porque la vida necesita equilibrio.
Para la cobertura:
1 yema de huevo, para un brillo dorado.
2 cucharaditas de leche, la pincelada final.
Azúcar glas, como nieve dulce sobre montañas esponjosas.
Modo de preparación:
1. Inicia con un prefermento de leche, azúcar y levadura. Deja que la magia comience durante 5 minutos.
2. Añade los huevos y el aceite al hechizo y mezcla con pasión.
3. Incorpora la harina tamizada y la sal. Mezcla hasta que la masa te invite a bailar.
4. Amasa con tus manos llenas de esperanza hasta obtener una textura suave y lisa.
5. Tienes que colocarla en un bol untado con aceite vegetal, taparlo con papel film. Deja que la masa repose y sueñe en un lugar cálido durante 1 hora.
6. Luego, desgacifica la masa aplastándola y amasando suavemente. Divídela en 2. Con cada mitad tienes que formar una especie de cilindro y dividirla en 6 bollos pequeños, a los que dejarás descansar otros 20 minutos.
7. Estiralos hasta que tengan medio centímetro de espesor y córtalo en 4 partes. Ahora es momento de darle forma a este clásico bocado turco. Para ello deberás apilar las 4 partes de masa, una encima de otra, luego tienes que presionar en el centro con un palito, sin llegar hasta el final. Junta los extremos de cada capa de masa en el centro y presionarlos para que queden seguros.
8. Ubícalos sobre una placa, dejalos levar por 20 minutos más y pinta cada bollo con la mezcla de yema y leche. Después, hornéalos a 180°C durante 20-25 minutos o hasta que estén dorados y radiantes. Por último, no olvides espolvorea con azúcar glas.
¡Y ahí lo tienes! Bollos turcos que no solo nutren el cuerpo, sino también el alma. ¡Disfruta de cada mordisco y comparte la alegría de esta receta!