¿Quieres un toque de magia en tu jardín? La Lantana es la respuesta. Sus hojas elípticas y sus diminutas flores son como pequeños tesoros que transformarán tu espacio exterior. ¡Prepárate para enamorarte!
Un género lleno de sorpresas
La Lantana es originaria de las cálidas regiones de América del Sur y América Central. Imagina más de 100 especies de arbustos, cada una con su propia personalidad. Pero hay algo que todas comparten: su prolongada y hermosa floración. ¿Quién puede resistirse a eso?
El baile de los colores
Las flores de Lantana son como camaleones. Comienzan amarillas, luego se vuelven naranjas y, finalmente, se visten de rojo. Es como si el jardín tuviera su propio espectáculo de luces. Y no te preocupes por el tamaño: esta planta puede llegar a medir hasta dos metros de altura.
Cuidados sencillos para una belleza eterna
La Lantana adora el sol directo. Si la tienes en casa, busca un rincón bien iluminado. Y no le gusta el frío, así que en invierno, trasládala al interior o a un invernadero. Abónala al final del verano y en otoño, pero no cuando está en plena floración. Y no olvides el trasplante cada dos años. ¡Tu Lantana te lo agradecerá!
Te podría interesar
Riego con amor
No es exigente, pero sí regular. Deja que la tierra se seque entre riegos. En otoño, reduce la frecuencia. En invierno, basta con una vez al mes. La Lantana entra en latencia, pero su belleza sigue despierta.
Polinizadores y protección natural
Atrae a polinizadores como un imán. Y aunque la mosca blanca y la araña roja intenten fastidiarla en verano, la Lantana se defiende como una guerrera. ¡Un jardín lleno de vida y color!
En resumen, la Lantana es como un cuento de hadas que cobra vida en tu jardín. ¡Dale la bienvenida y prepárate para un espectáculo floral que te dejará sin aliento!